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Por Carlos Cabrera Pérez
Majadahonda.- Quizá Ana de Armas, que coronó en Hollywood, por su talento, vio multiplicada su cuenta corriente por cifras con seis ceros y tuvo marinovios famosos, bonitos y ricos, no era feliz del todo porque extrañaba el yardo y la oralidad sexual cubanos.
Por encima de factores eróticos y sentimentales están la ética, la responsabilidad y la coherencia; Celia Cruz, Néstor Almendros y Gastón Baquero nunca volvieron a Cuba; subordinados del padrastro del bacán de la estrella hollywodense hostigaron a su hermano Javier, en Villa Marista, en 2020.
Si Ana echa de menos la cabiaaspirina, podría yacer con un cubano anónimo, que la quiera y la cuide bien y no con un cazafortunas. Dormir con el enemigo funcionó en la ficción, pero en la vida real es solo un camino de perdición.
La familia Díaz-Canel-Cuesta no es buena gente; a la primera esposa de Manolito la ubicaron en un apartamento del llamado Someillán chiquito y le dieron un vehículo tipo SUV, para que el nieto no comparta las desdichas del pueblo trabajador, pero su abuelo materno dejó de ser atendido en la exclusiva clínica de 43, y enviado al Ameijeiras.
Muchos emigrados de los 90 para acá no resisten el alejamiento y, una vez conseguida la estabilidad económica que posibilita trabajar y vivir en democracia, se pasan la vida cazando vuelos baratos al infierno comunista que los despachó sin miramientos y ahora imposta sonrisas para tumbarles los dólares.
Las repatriaciones de aspirantes a bailarines en casa del trompo confirmaron su desdén por la democracia y su afán de lucro con sabor a revancha infantiloide, que acabó, como todo esfuerzo baldío, en la melancolía.
Pero Ana de Armas siempre vuelve a Cuba para alegría de familiares y amigos que, pegándose al jamón de afuera, se evaden un ratico de las fatigas cotidianas de Oficola, guaguas y apagones. Sería útil estudiar la capacidad de producción del comunismo de compadres de simuladores y arribistas.
Muchos cubanos pasaron del extremo de desdeñar el dinero al opuesto de anhelarlo con suicida frivolidad, y tratan de arrimarse al vil metal, a costa de lo que sea.
En este caso, Ana tiene mucho que perder -humanamente, Hollywood celebrará que una de las suyas emparente con un discípulo de Che Guevara- y la dictadura más vieja de Occidente, mucho que ganar y, de momento ya ha conseguido desviar la atención del genocidio que practica contra el pueblo cubano.
La casta verde oliva y enguayaberada ya ha echado a andar su maquinón de contar mentiras y está filtrando que el entenado ya no es asesor presidencial y que, desde hace un tiempo, reside en Madrid; abrigado por Lourdes Dávalos y un grupito de abogados que actuarían en España como testaferros de personeros tardocastristas.
¿Cuándo y por qué motivo cesó o renunció Manuel Anido Cuesta? ¿En qué consistía su trabajo en la presidencia de Cuba, cuál era su salario? ¿Quién autorizó su viaje y establecimiento en España? ¿De qué vive el caballerito? ¿Qué sabe el gobierno español de todo esto?
Mientras averiguamos las respuestas y confirmamos o desmentimos el rumor de que Ana está embarazada de Manolito, elevemos plegarias a la Caridad del Cobre para que nuestra heroína del celuloide espabile y asuma que los actos de los adultos tienen consecuencias, y algunas indeseables, y que los cubanos, especialmente la prensa no estatal, no le quite ojo a la barbarie comunista que demuele lo que va resistiendo de Cuba, con millones de desamparados.