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NOSOTROS, LOS ANORMALES

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Por Oscar Durán

La Habana.- Entre más miseria tiene el cubano, más lujos saca la élite. Estamos viviendo tiempos muy duros aquí adentro, pero Lis Cuesta, por ejemplo, saca una gafas de 280 euros para ir a Honduras. Perdónenme, pero si pensaron que las compró Ana de Armas, se equivocaron. Ese dinero salió de ti, cubano de a pie con 20 horas de apagón diario y sin nada en el refrigerador.

El contraste entre los lujos de la cúpula y la realidad cubana es enorme. Hace rato le perdieron el respeto al pueblo. Ni el Cenicero andante se atrevió a tanto. Lo que no hicieron Dalia Soto y Vilma Espín, Lis Cuesta lo está gozando por las dos.

Uno cuestiona todas estas cosas, pero ellos siguen haciendo lo que les da la gana y andan gozando la vida como quieren. Hasta Manuel Marrero partió de visita al extranjero con su esposa, algo impensado 10 años atrás. Y no es solo los viajes, también los lujitos que llevan a bordo del avión privado.

En mayo de 2024, la Machi sacó una gafas de 480 dólares marca Gucci y ahora vuelva a la carga con otras Gucci, pero un poquito más baratas. Se me ocurre pensar que por cada lujito adquirido, Limonardo pide resistencia creativa a su cría de carneros para que la burla sea ordenada.

No nos damos cuenta -o no nos queremos dar cuenta- del nivel tan alto de burla hacia nosotros. El cubano luchando por satisfacer las necesidades básicas, mientras la no Primera Dama llena de dólares en todo su cuerpo… y sin merecerlo.

Nos pasamos de anormales, por eso estamos sufriendo tanto. Coge tu apagón de 20 horas, pero te pongo la luz a las ocho de la noche para que veas a Lis bien vestida, con sus gafas Gucci y par de cositas más valoradas en unos cuantos pesitos en verdes.

Hace años nos las vienen metiendo sin vaselina. Y ni nos duele.

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