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Nos siguen obligando a callar

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Por Abel Tablada

La Habana.- ¿Será posible lograr que alguna semana yo no sienta vergüenza por las cosas que ocurren en mi país? Ayer aplaudía la aprobación de una ley que protege los derechos de la población LGTBI durante la niñez, adolescencia y juventud. Celebraba que era un paso más contra la discriminación y la exclusión.

Pero todavía hay mucho que hacer en ese sentido. Millones de cubanos siguen (seguimos) siendo excluidos políticamente por pensar solo un poco diferente. Esto quizás no se evidencia del todo pues existe el miedo a expresarse y la ausencia de espacios donde uno se sienta confiado para hacerlo. Los medios oficiales, por supuesto, tampoco lo publican. No cuestionan y no reclaman respuestas a pesar de las violaciones al derecho penal y a la dignidad de los ciudadanos.

Este hecho se utiliza como castigo ejemplarizante para que otros no sigan los valientes pasos de Jorge Fernández Era. Es parte de esa forma de aplicar el miedo como método paralizante de la sociedad, supuestamente para mantener la estabilidad y luchar contra las agresiones imperialistas.

Se recuerdan a diario gloriosas manifestaciones de rebeldía del pasado. Se incita a las nuevas generaciones a seguir los ideales y pasos de los héroes y mártires. Sin embargo, la rebeldía hoy en día está prohibida. Se paga muy caro cualquier expresión de inconformidad.

Debemos seguir buscando la justicia

En el post que ahora comparto, yo le sugerí hacer una denuncia oficial sobre esta violación a sus derechos constitucionales. Varias personas casi me agredieron por mi ingenuidad: ¿Cómo pedir justicia a los mismos que cometen la injusticia? Mi argumento es que todavía no se ha perdido todo. Hay que seguir buscando la justicia, tanto de Fernández Era como de Alina Bárbara López Hernández y muchos otros que están presos por manifestarse pacíficamente.

Por eso, para que los ciudadanos cubanos no confirmemos que este tipo de hechos es generalizado, fríamente planificado, o parte de una política gubernamental dictada por los mismos que dicen que tenemos un estado socialista de derecho, espero que se investigue. Espero que se tomen las medidas y no se fabrique un caso sacrificando la dignidad e integridad de un cubano. Un intelectual que lucha por todos nosotros, en este caso yendo al parque central cada día 18 para, junto al monumento de nuestro Héroe Nacional, expresar una serie de reclamos que yo también comparto. Hoy le ocurre a él, mañana lo puede sufrir un familiar querido, un colega, un vecino o uno mismo.

Ya no es admisible el argumento del enemigo que hace cosas peores, que nos amenaza, que nos hace la guerra. No es que sea incierto todo esto. Es que contra esas agresiones no se puede luchar atacando al mismo pueblo cubano. No se puede violar todo tipo de principios éticos, muy básicos, por cierto, y que recuerdan a dictaduras pasadas.

Pido justicia para Fernández Era y para todo cubano que proteste o haya protestado pacíficamente. Libertad para los presos políticos, que sí existen.

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