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NOS ESTÁN ROBANDO EL SUEÑO: PERIODISTA DEL OFICIALISMO DENUNCIA INACCIÓN POLICIAL ANTE ROBOS

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Por Redacción Nacional

La Habana.- Con este título, la periodista matancera -oficialista, aclaro- Yirmara Torres Hernández le dio rienda suelta a sus preocupaciones por el auge de la violencia en Cuba y utilizó para ello sus redes sociales.
De manera muy comedida, como están obligados a hacerlo todos aquello que dependen de los medios del estado, la referida reportera contó una historia personal, la del robo de su casa, pero por muy cuidadosa que haya sido, puso el dedo en la llaga sobre un tema que preocupa a la casi totalidad de los cubanos: los robos, asaltos, la violencia desmedida, todo eso unido al resto de los problemas.
Torres Hernández contó que ha perdido el sueño por el miedo a que vuelvan a entrar a su casa, con los riesgos que implica que lo hagan con personas dentro, como sucedió el día que unos ladrones se llevaron muchas cosas, incluso algunas del cuarto de su hijo con él dentro.
Advierte que usan algún tipo de spray que provoca somnolencia y que facilita la labor de los rateros, quienes rompen rejas, puertas, ventanas, y nadie escucha nada. Pero dejemos que sea ella quien lo cuente con lujo de detalles, y pensemos en las preguntas que hace, que deja en mal lugar a la policía, incapaz de resolver los problemas por los que debe velar.
Pasemos de largo por algunas consideraciones, como que los cuadros -léase dirigentes- apoyen, o que no hay agentes porque el MININT tiene problemas, porque los tendrá para patrullar, porque para perseguir a los críticos del gobierno tiene todos los vehículos que necesitan, todo el combustible, y todo el personal que quieran, además de todos los chivatos que hay en cada cuadra.

Hace unos días, mi hijo César Roche Torres hizo una publicación en la cual compartía imágenes de bienes que nos fueron sustraídos de nuestra vivienda en la madrugada del jueves 21 de noviembre.
Si, para quienes me han preguntado por interno, ante una escueta publicación mía, en la cual comentaba sobre el miedo que siento: ¡SÍ, ROBARON EN MI CASA!
Y sí, siento miedo de estar en casa. Miedo porque quienes entran en una casa con personas adentro, están dispuestas a todo.
Siento miedo porque esos ladrones y otras bandas andan sueltas en Matanzas, y la policía hace poco, muy poco.
Y sí, hay una escalada de robos con fuerza en Matanzas… y lo vamos a demostrar, yo y otras víctimas, en los próximos días.
Y uno puede entender que el MININT tenga pocos efectivos y que sufra las mismas carencias que todos, pero si no hacen algo rápido, si no se ponen duros y aprietan la tuerca, sino hacen algo que sirva de ejemplo, vamos a perder definitivamente una de las pocas conquistas que nos quedaban: la tranquilidad ciudadana.
No hay ninguna descripción de la foto disponible.Yo tengo miedo… Mucho miedo. Ahora mismo mientras escribo; en medio de un apagón, acabo de rociar vinagre con bicarbonato en las cortinas porque sentí, de pronto, un olor extraño, y alguien me dice que echan una sustancia que adormece a la gente. Y Osvaldo Gutiérrez Gómez busca en Internet y me dice cómo contrarrestar esas sustancias.
Desde la noche que robaron en mi casa, no duermo… Vigilo. Me he convertido en una noctámbula. Ya lo era, lo he sido siempre. Prefiero trabajar por las noches y las madrugadas. Pero ahora no trabajo, solo vigilo… y temo.
Y si hago esta publicación no es para crear alarma, es porque creo justo que las personas sepan que deben protegerse, que para estas bandas de ladrones que operan en Matanzas no hay seguridad ninguna que los detenga, ni rejas, ni ventanas de aluminio, ni nada.
Roban entre las dos y media y cuatro y media de la madrugada. Entran por la puerta delantera, sacan los bienes por la entrada principal y caminan con ellos por las calles de la ciudad, como si anduvieran por la sala de su casa.
Esto no lo estoy inventado, varios afectados tienen imágenes de los ladrones en sus andanzas… Pero, al parecer, esas imágenes, muchas muy nítidas, no son prueba suficiente para la policía.
¿Qué pasó en mi casa? Rompieron el candado de la reja del portal, desprendieron del marco dos o tres tablillas de la persiana de la sala, que es de metal y entraron por ahí. Luego abrieron la puerta.
Mi hijo estaba solo en casa, yo me encontraba en La Habana. Él se había quedado dormido con la casa cerrada, reja de alante y de atrás aseguradas, pero con todas las luces encendidas.
Como la electricidad vino tarde, comió algo sobre la una de la madrugada y luego se puso a ver cosas en la computadora y a revisar el celular y así se quedó dormido, con el celular entre las manos y con la luz de su cuarto encendida (que parece que es de día).
César supone que él se debe haber quedado dormido un poco después de las dos y media. A las cuatro de la madrugada me llamó asustado cuando se levantó a orinar y no vio el tv en la sala. Luego ve la puerta y la reja abiertas y va descubriendo todo lo que falta.
Imaginarán que, del otro lado del teléfono, a 100 km de distancia, quería morir… Volar y llegar lo más rápido posible.
Llamé a los vecinos más cercanos para que lo acompañaran y llamaran a la policía. Y así lo hicieron.
Cuando llegué a las siete y media am aun la guardia operativa estaba en casa. Llegaron sobre las 6 y 20. Tomaron huellas y declaración a César. A mí me dio tiempo a ayudar en algo. Pero realmente a mí en ese momento, lo único que me importaba era que mi hijo estuviera bien. Lo demás… bueno… lo demás es lo demás.
César hizo un listado de las cosas que se llevaron: smart-tv, cajita de tv, ollas arrocera y reina, una laptop, su mochila con sus documentos, tarjeta de estipendio de la Universidad, micrófonos, un tablet, cargador del celular, cargador portátil, sus zapatillas de salir y dos relojes que eran de su papá. Cargaron además con una lámpara recargable tipo farol y las luces led de la bicicleta de César.
¿Iban a regresar por más? No lo sé… quizás. Tal vez el hecho de que César se despertara cuando ellos salieron y la llegada de los vecinos, lo impidió. Dicen otras víctimas de robo que, a veces, regresan.
Puede ser una imagen de mesaMe pregunto, ¿cómo pudieron romper el candado y la ventana metálica sin que César se despertara? ¿Cómo entran tan seguros?
Dicen que echan un spray que duerme a las personas. Y no lo dudo. La ventana de César da a la calle y cualquier cosa pudo pasar. Lo que sí me parece inaudito es que hayan roto todo eso y él no lo haya sentido. Su cuarto está al lado del portal.
Pero lo que más me aterra es que esos ladrones entraron al cuarto de César a llevarse las zapatillas y los relojes. Ahí agarraron también un disco duro extraíble.
¿Y si César se hubiera despertado? Bueno, mejor ni pensarlo.
Y aquí es donde quiero detenerme: porque esos delincuentes que entran a una casa con las personas adentro están dispuestos a todo. A todo, y ya lo han demostrado.
Y yo me pregunto, ¿cuántos robos con fuerza más tienen que suceder para que se encienda la alerta? ¿A qué están esperando para atrapar a esas bandas que roban impunemente? ¿Están esperando a que lastimen o maten a alguien?
Solo en la radio en Matanzas somos varios ya los afectados, y en el barrio igual. Yo siento miedo, terror. La casa es el lugar seguro… donde uno se siente a salvo de todo.
Y hay quien me ha dicho que peor es en Miami, allá o acullá, pero de verdad no estoy comparando la violencia en Cuba con ningún lugar… Yo no vivo en esos lugares, vivo en Matanzas, Cuba. Y la comparo con la Cuba de hace solo un año atrás.
Robos siempre ha habido… y ladrones… Pero ya sabemos que en las crisis se exacerban estos fenómenos.
Cuando yo estudiaba en la Universidad de La Habana, en mi casa en Colón robaron con nosotros adentro y a mí me dejaron sin ropa. Pensaron quizás que había muchas cosas porque mi papá trabajaba en las Tiendas Panamericanas. Pero la verdad, en mi casa había muy poco.
¿Por qué robaron en mi casa ahora? No sé. Mi casa es la más fea de la cuadra. Yo no tengo nada del otro mundo. Con mi salario de periodista apenas puedo sobrevivir. Y aunque estuve casada 20 años con el director del BFI, la verdad es que apenas vivíamos para comer. Nunca tuvimos lujos y nunca pudimos terminar de arreglar nuestra casa. La muerte se lo llevó con mil proyectos para mejorar que nunca llegaron.
Así que en mi cocina no hay aparatos sofisticados. El Tv que robaron era el único de pantalla plana que hemos tenido y lo traje de China en 2019, adonde fui por un viaje de trabajo. La mayoría de las cosas que robaron fueron regalos del hermano de César, quien, con sus 24 años, tiene que sudar mucho para poder ayudar.
Y la laptop era de un grupo de cine que coordino en la provincia. ¿Imaginan la vergüenza que me da perder algo que no es mío, además?
La conclusión que saco es que roban a cualquiera que tenga algo que puedan vender. Obviamente estudian la casa y te estudian a ti.
Por eso, quiero que mi publicación sirva de alerta a todos. Hay que cuidarse, asegurar mejor las casas, reactivar las guardias, apoyarnos entre los vecinos, porque no estamos seguros ni dentro de nuestras viviendas.
Toda precaución es poca. En estos dos meses, con la crisis económica que tenemos, los robos deben arreciar.
Pero también necesitamos saber que la policía empieza a resolver casos, necesitamos saber que quienes entraron a nuestros hogares están presos. Es muy duro verlos caminar impunemente por la Calle del Medio. Esto tampoco lo inventé… hay quienes viven ese terror.
No hay ninguna descripción de la foto disponible.Necesitamos que patrullen más por las calles en esas horas en las que están atacando. ¿No hay combustible? Lo sabemos. Pues entonces, que los cuadros apoyen con recorridos, como lo hacen para otros asuntos.
Como ciudadana cubana, necesito protección. Y como periodista, me siento en el deber de denunciar y de llamar a más y mejor información. El pueblo necesita saber… no se trata de causar pánico, pero la gente solo podrá preparase mejor si nuestros medios les alertan.
Es terrible que te roben lo mucho o lo poco que tienes. Pero a mí, lo material no me importa tanto. Te hace un hueco, pero al final se recupera. Si acaso me duelen demasiado los relojes que le llevaron a César y que eran recuerdo de su papá. Y la lámpara que nos aliviaba de los apagones.
Pero lo que realmente me aterra es que no estemos seguros dentro de nuestros hogares. Lo que realmente me aterra es que se acumulen los robos y no haya soluciones. Lo que me aterra es saber que me puedo cruzar en la calle o hasta en el barrio con quienes entraron a mi casa con mi hijo adentro. Necesito no sentir más eso. Necesito tranquilidad.
Necesito que me devuelvan el sueño. Necesito dormir tranquila. ¿Será posible?

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