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Por Ulises Toirac ()

La Habana.- No descarto que sofoquen con «violencia medida» el movimiento universitario antitarifazo. Debe haber un manual más gordo que «La Guerra y la Paz» de procedimientos de contingencia enfocado en sofocar este tipo de situaciones. Academias. Estudios superiores.

En seis décadas hay tiempo para que «lumbreras anti disidencia» hagan master y se tracen pautas. Asignaturas: Aproximación a líderes, Disuasión de focos, La familia y la conveniencia, Persuasión dura, Promoción pública conveniente, Base de actores propagadores… no sé… toy hablando mierda, pero defenderse lleva prepararse. No sé si Sun Tzu o Tin Marín.

Ya empezaron (lógicamente) a identificar las demandas y la posición como «estrategias dictadas por el Imperio» (nada puede ser inspiración nativa, en el fondo todo es diseñado desde «afuera»)… y no estoy negando que «afuera» haya otro Manual tan gordo como el de aquí, y más teóricos, pa lo contrario, que tampoco hay que ser comemierda.

Los estudiantes no siguieron un patrón dictado. En mi criterio se vieron en una encrucijada muy jodida desde el punto de vista moral: acepto no ser pueblo y que se joda el resto o «pérate-pérate-pérate un guait e minet que este pastel tiene peste». Y no son brutos (son universitarios) captaron las incongruencias y los absurdos, lo que los llevó a decidir.

Comienzan las acusaciones y la intimidación

Y esta Facultad aquí (ETECSA ESTÁ PERDIENDO FACULTADES es uno de los chistes más ingeniosos que he leído en mi vida), aquel Instituto allá… Fueron sumándose sin dar tiempo al Imperio (a ninguno) a meter las pezuñas en el diseño. Rapidito rapidito.

Ya hay noticias de intimidaciones personalizadas y algún que otro muchacho «avergonzado» que se ha replegado. Era de esperar. Y frases de poder como «si no te gusta, emigra» por parte de representantes institucionales. Me temo que esta semana todo va a arreciar y la cuerda se va a poner muy tensa. Es lo que sigue. Y se está radicalizando lo que de manera natural surgió como un «queremos dialogar porque esto está mal».

La juventud es el futuro. Es la que marca el paso social. En todas las latitudes, en todos los momentos históricos. Usted puede reprimir una, dos, tres veces, cuando ese mulo dice no, ni a palo sube.

La razón no puede ser coercitiva. Es razón y más na. Si usa la fuerza, deja de serlo. Y la razón se apoya en hechos, en resultados, en «papas fritas» (no en «campos de papa»). Hay más de seis décadas para haber demostrado resultados. Toda una vida.

Demostrar que no se tiene la razón por las dos vías: porque no hay resultados, y porque además, se aplica la fuerza para aplastar cuestionamientos a la ausencia de resultados, va en un solo camino. Ellos de todas maneras son más jóvenes. A la larga, les toca. Y no se puede «emigrar» a todos.

Intenten sumarlos. Cualquier otra aritmética, falla.

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