Enter your email address below and subscribe to our newsletter

NO ME INTERESA LA HAZAÑA DE MIJAÍN, QUIERO QUE GANE YASMANI ACOSTA

Comparte esta noticia

Por Fernando Clavero (Enviado Especial)

París.- Si Mijaín López gana este martes su quinta presea de oro olímpica, será una hazaña, tal vez colosal, porque habrá hecho lo que nadie en la historia de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. Incluso, se podría decir que ha conseguido una heroicidad, porque ha tenido cerca al gafe -léase al presidente de Cuba.

Luego de lograr sus primeras victorias, como sucede en los casos en los cuales alguno se pone en condiciones de ganar una medalla de oro, el impuesto presidente llamó a Osvaldo Vento, el eterno vicepresidente del INDER, que ahora es dirigente máximo del organismo deportivo, y como era de esperar, este, que estaba cerca de Miajín López -como si fuera casualidad- lo pasó al teléfono.

El campeón, sonriente, le respondió al mandatario y le prometió que haría todo por darle la medalla de oro a Cuba, consciente de que puede ser la única. Y se cruzaron esas frases formales y solícitas de estos casos. Uno, el que estaba en La Habana, necesitado de que le funcione el circo para el pueblo, porque pan no hay. Y el otro, el campeón, en París, pensando que tal vez es hora de que le cambien la casa que le dieron en el reparto Kholy por otra en un barrio de más exclusividad. Y también que le cambien el Mercedes Benz de uso por alguno nuevo, o tal vez por uno de esos que han incautado en los últimos meses.

A mí la foto me da náuseas, diarreas, asco, porque me hubiera gustado que el presidente del INDER hubiera ido a visitar a Abel Sarmiento antes de morir, y que, desde allí, desde el lecho de muerte del voleibolista, hubiera llamado al Limonardo y le hubiera dicho: «toma, habla con este y explícale por qué lo hemos abandonado». Pero no, Sarmiento ya no importaba, como tampoco importará Mijaín cuando abandone París, con oro o plata.

Lo utilizarán un poco más, y luego lo lanzarán al olvido. Incluso, cuando esté sumido en el alcohol, que es probable, le harán como a Teófilo Stevenson, al cual ya ni recibían cuando quería entrevistarse con uno de los dirigentes.

Yo quiero que pierda Mijaín. Y me voy a explicar: quisiera que un cubano fuera el único con cinco títulos en cinco Juegos diferentes -participa en sus sextos Juegos Olímpicos- y como deportista lo merece, pero tal vez ya no como persona. En mi memoria sigue presente el golpe que le dio a un cubano en las gradas de un estadio chileno cuando los pasados Juegos Panamericanos, solo por pedir libertad para el país donde nació y de donde tuvo que salir huyendo.

Quiero que gane Yasmani Acosta. Tal vez el cubano-chileno lo merezca menos como deportista, pero lo merece más que Mijaín como persona. Solo hay que ver todo lo que ha hecho el muchacho oriundo de Agramonte, en la provincia de Matanzas, para llegar a unos Juegos Olímpicos y acariciar su única posibilidad de ser campeón.

El luchador Yasmani Acosta entra en la historia olímpica y asegura una segunda medalla para Chile en París 2024 | Juegos Olímpicos París 2024 | EL PAÍSSi Acosta gana será un ídolo en Chile, un ícono. Y una muestra de que hay más opciones, de que nunca puedes conformarte con ser un segundón, ni un gregario, porque el deporte le da oportunidades a todos, y el sacrificio estará siempre por encima de muchas cosas.

Acosta se tuvo que ir de Cuba porque en la isla ganaba 20 dólares mensuales y porque solo lo utilizaban para que Mijaín consiguiera cosas: un luchador de su talla que le sirviera en la preparación, para que asistiera a los clasificatorios olímpicos, a los que después asistía el gran campeón. Hasta que un día se cansó y se puso de acuerdo con un amigo chileno, y se marchó.

Se la jugó. Tuvo que trabajar de noche para entrenar de día, fue guardia de discotecas, hizo de todo, hasta que logró una beca para entrenar y miren donde está: a un paso de la gloria olímpica.

Si gana Yasmani Acosta, aplaudiré con fuerza. Se merece un título olímpico, tanto o más que su rival, a quien consideré siempre un caballero, pero que se ha dejado comprar por la cúpula asesina que gobierna Cuba. Mientras, el de Agramonte, se ha comportado como un hombre de verdad, tanto dentro como fuera de los colchones de lucha, y si alguien tiene dudas que pregunte en Jaguey Grande.

Voy contigo, Yasmani… por cubano también y por más digno.

Deja un comentario