Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Joel Fonte ()

La Habana.- Hace solo unas horas, reunido con profesionales del ministerio de Educación, el cuidador del Poder que desde las sombras ejerce Raúl Castro, dejó explicito el ‘respeto’ que siente por los educadores cubanos.

Se deshizo en elogios hacia quienes forman los pilares de una nación, cuando afirmó como política el ‘brindar una mayor atención espiritual y sentimental a los maestros (…)’.

Esas palabras, en la voz de un sujeto que viaja el mundo y se vende como ‘estadista’, de un individuo que es el mayor responsable de la concepción, organización y ejecución de políticas públicas que reviertan la situación de miseria material que viven los maestros en el país -no solo en sus condiciones personales de vida, sino en el ejercicio de su actividad laboral- no pueden entenderse como necias.

Tampoco como enajenadas de la realidad.

Ese discurso no es una retórica vacía o ambigua para evadir responsabilidades concretas, no.

Esas palabras reflejan, eso sí, una gran perversidad, un desprecio descomunal hacia la tragedia que vivimos los cubanos, y los maestros. en particular.

Por eso insisto en imágenes como a que acompaña este texto: porque ella resume, en la figura de ese sujeto, el profundo desprecio de una estructura de Poder que no es ‘para servir’, sino ‘para servirse’.

Son una verdadera organización criminal, que actúa contra los intereses de una nación a la cual, cínicamente, este sujeto dice gobernar.

Basta de manipulación y mentiras. No más temor. ¡No más dictadura en Cuba!

Deja un comentario