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NADIE TENÍA LA VISIÓN DE FUTURO DE JOSÉ MARTÍ

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El 5 de mayo de 1895, en la finca La Mejorana, tuvo lugar la desgraciada reunión entre José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. Este último escogió el lugar, en su territorio; con la presencia de una escolta desproporcionada, casi todo su ejército, en comparación con la exigua protección que le asignaron a Marti.

Comenzó la reunión a media mañana, con todos los reproches de un resentido Maceo a Martí, debidos a los límites financieros que proporcionó este último al general, límites estos impuestos por la cantidad que podían apostar los tabaqueros en Tampa y demás exiliados cubanos. Antonio Maceo nunca lo entendió y prácticamente pedía a Marti que se mantuviera en el extranjero, cosa que no podía aceptar el futuro apóstol.

Máximo Gómez, quizás impresionado, quizás más cercano a Maceo, se limitó a mediar tibiamente, pero sin oponerse al obsecado general indómito. Salió a la luz posteriormente un comentario de Gómez diciendo que «este no será presidente» al escuchar los vitores de las tropas mambisas ante las palabras de Martí cuando dijo que prefería dejarse clavar en la cruz antes de renunciar a la libertad de Cuba.

Después de almorzar y tras una buena siesta, continuaron la reunión, pero ya el mal estaba hecho. La catástrofe que constituyó La Mejorana culminó con la tragedia que aconteció en Dos Rios.

La carta inconclusa, la nueva Constitución…

Marti no se suicidó. Pese a ser un buen jinete era también un hombre de ciudad, un hombre de mundo. Dícese que su caballo era demasiado joven y receloso; quizás asustadizo era la palabra. No estaba bien escoltado, y además Dos Rios era el peor lugar, según Gómez, para sostener ese combate. En una curva del terreno el caballo los llevo directamente a las armas españolas.

La carta inconclusa a Manuel Mercado ha sido interpretada y tergiversada a diestra y siniestra. José Marti estaba por escribir lo que sería la Constitución de la República de Cuba. Y siendo el apóstol, el hombre de mundo que era, habiendo vivido en Europa y la América toda; conociendo la entonces joven Constitución de los Estados Unidos, y siendo el periodista, escritor y poeta que era, este documento iba a ser además de ley, una obra de arte, que hubiera podido poner a la futura República de Cuba a la vanguardia en esa época

Todo se echó a perder por el caudillismo de tantos héroes, que si, que lo son; pero cuyos excesos o faltas de carácter desde 1868, han sumido a Cuba en más de un siglo de doloroso aprendizaje que desgraciadamente no termina.

Cuba no ha vuelto a parir un hijo de la estatura moral de José Marti, y es gobernada hoy por otros hijos, de cuyas madres, es preferible no acordarse. (Tomado de la página de Facebook de Tony Ex Flaco)

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