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La Habana.- Osmany Cienfuegos Gorriarán, hermano del comandante Camilo Cienfuegos, falleció en esta capital a los 95 años, según reportes de medios de prensa del castrismo.
Osmany escaló en la nomenclatura castrista por ser hermano de Camilo y por haber tirado algunos tiros en la capital durante la lucha contra Batista. Además, ocupó diversas responsabilidades después.
Trabajó en el Ministerio de Obras Públicas, estuvo vinculado con la preparación de guerrilleros de varios países de Centro y Suramérica. También fue ministro y vicepresidente del Consejo de Ministros.
Para los que no comulgan con el castrismo, fue siempre uno de los personajes más odiados. Sobre todo por los hechos acontecidos a raíz de la batalla en Bahía de Cochinos, tras lo cual se le conoció como ‘el asesino de la rastra’.
Al mediodía del 22 de abril de 1961, un grupo de Brigadistas que habían sido capturados estaba siendo transportado de Playa Girón [provincia Matanzas] a la Habana en diferentes vehículos de transporte. Esto ocurrió después de tres días de intenso y continuo combate contra las tropas castristas, y después de haberse quedado sin municiones.
El encargado de esta operación era el entonces capitán Osmany Cienfuegos. Él estaba presente cuando los prisioneros estaban siendo introducidos en los vehículos y daba instrucciones a sus subordinados para agilizar el traslado.
Un grupo fue llevado a un camión con un contenedor (rastra), donde le ordenaron entrar. Cuando ya no había espacio para más prisioneros, Cienfuegos ordenó que cerraran las puertas. Uno de los últimos en entrar al contenedor fue Máximo L. Cruz, el cual estaba seriamente herido de bala. Él increpó a Cienfuegos, diciéndole que si cerraban las puertas del contenedor, este estaría completamente hermético y que todos morirían durante el trayecto por falta de oxígeno.
Cienfuegos con gran desdén respondió: «No importa, de todas maneras, los vamos a fusilar y así nos ahorramos las balas».
Las puertas del contenedor fueron cerradas y el camión comenzó la lenta y horrenda travesía hacia la Habana. La cual duró aproximadamente 8-9 horas en medio de un calor infernal, típico de esa época del año.
Dentro de la rastra estában apiñados, el oxígeno faltaba y algunos de los prisioneros se desvanecieron en medio de escenas de angustia y desesperación.