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Por Tania Tasé ()
Berlín.- Los que me conocen bien, saben qué significa y lo que pueden esperar de mí cuando estoy en ese modo. Resumido: me vale una mierda lo que piensen de mí los demás y lo que decidan hacer al respecto.
He estado varios días por razones de trabajo sin postear nada y enterándome a pedacitos de lo que ha sucedido en Cuba.
Lo que sentí al enterarme que el mismo día salieron de Cuba José Daniel Ferrer y Luis Robles,fue un inmenso alivio y una gran gratitud hacia ellos. Y también una tristeza muy amarga por mi país que va expulsando gota a gota a sus hijos. Y así lo comenté en varios post, a falta de tiempo de hacer uno responsable y no superficial.
Me enojé, naturalmente, con algunas opiniones de otros cubanos. Pero seguí de largo porque enojarse es humano, pero respetar el derecho a expresarse de otros que no comparten mi opinión, es ser consecuente con lo que me exijo a mí misma. Y si voy a ser del todo sincera, también porque ya me cansan las bronquitas desgastantes donde no hay realmente un debate con argumentos, sino puras ansias de tener razón, gritar más alto y recibir likes a toda costa, aunque haya que vender el alma.
Y hubiera seguido así si no fuera porque Ferrer ha dicho algo que ha alborotado al gallinero: ha mencionado una lancha, un teléfono satelital y una… rosita blanca. No niego que eso suena a aventura y tampoco niego que me reí (soy humana, aún). Lo que él dijo es tan aplaudible como criticable, pero realmente casi nadie se burlaría, sino fuera porque el dejavú dijo presente. ¡Ah, caramba! ¡¿Dónde fue que escuché eso antes?!
Ya vimos pasar lanchitas, contenedores, internet en globitos y …rositas blancas. ¡Cómo no!
Y así vemos como un luchador de su talla se convierte en carne de memes en segundos. Sí, Ferrer ha pifiado, pero lo que realmente provoca rechazo es que hace casi cuatro años un hombre ilusionó a todo un pueblo. Ese también tenía una rosita blanca, a ese también lo apoyó y siguió mucha gente y luego, a la hora de los mameyes se bajó de un avión en… Madrid, mientras sus hermanos eran apresados y reprimidos el día cero. Por eso, y por la presión de las cámaras y luces, está pagando hoy José Daniel el chiste del día. Un hombre que no ha tenido ni tiempo a acostumbrarse a la luz del sol o a estar con su familia.
Además, eso sólo es un fragmento de todas las cosas serias que dijo ayer en un vídeo que envió a la conferencia de prensa convocada por Prisoners Defenders. En ese mismo vídeo Ferrer dijo muchas cosas importantes denunciando la crueldad y ensañamiento del régimen contra los ciudadanos cubanos, amén de mostrar respeto y apoyo a Robles, le dijo exactamente: con 50 jóvenes como tú, la tiranía no aguanta una semana.
Curiosamente, y no tanto, Robles también fue cuestionado porque no formó un lío inmediatamente después de bajarse del avión.
Y veo muy pocas reacciones a todo lo que dijo ayer en la misma conferencia, denunciando al régimen cubano clara y contundentemente y explicando por qué los jóvenes cubanos tienen miedo a decir lo que sienten. Ambas denuncias, la de Ferrer y la de Robles son muy fuertes y claras.
Ah, pero no nos concentramos en eso. Vamos raudos y veloces a la burla y al escarnio. Y a mí de verdad se me quitan las ganas de seguir en esto. Sigo por los niños sentados en las calles en una protesta, sigo por los niños presos, entre ellos una embarazada, en las Tunas. Sigo por los niños que duermen en el piso en los terrenos de un hotel en Playa. Sigo por mis nietos y porque es mi bronca. Y sigo por todos los presos políticos de los que ustedes mismos se burlarán el día que puedan siquiera abrir la boca y decir algo errado.
Ayer una amiga mía en Cuba enfermó de algo que ni se puede saber qué es. Algo de lo que están enfermos miles de cubanos. Y también enfermó su familia casi completa. Ella vive en La Habana. Y me ha dicho: ¿qué va a pasar cuándo los que tienen que cuidar y ayudar enfermen? ¿Qué sucede cuándo toda la familia, la cuadra, el barrio y el país enfermen todos al mismo tiempo? Ella tiene un hijo preso injustamente, ¿qué va a pasar en las prisiones cuando todos, presos y guardias, enfermen?
¿Quién va a cuidar de mi hijo?
Yo sólo he respondido: ya eso está pasando. Ya eso es un hecho. Brutal, pero cierto.
Y yo tampoco sé cómo se cuida un país enfermo en su totalidad, excepto sus dueños, claro.
Y así es cómo el «error» cometido por alguien hace cuatro años lo paga Ferrer ahora. Así es como el error cometido por la masa adorando a un caudillo nos tiene sufriendo hace casi 70 años.
Mientras, las bestias se visten de verde y salen en TV aunque sean momificadas.
Y así es cómo ahora todos somos memeros. ¡Arriba, a reírse y a gozar, porque pensar cuesta y duele muchísimo!