
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Laritza Camacho
La Habana.- Estudiaba en el Instituto Superior Pedagógico José Antonio Echeverría (ISPJAE). La facultad de Azucarera era mi vida desde el amanecer hasta entrada la noche.
Llegaba a mi casa y me ponía a coser mochilas y billeteras que un amigo vendía después, y con eso pagaba los estudios y mantenía mi casa y a mi madre.
Mami estaba enferma de cuerpo y mente. Lidiar con ella era difícil, hermoso y duro…
Mis vecinos y mis tíos eran ángeles de luz que me animaban a hacer y ser fuerte. Gracias infinitas a todos.
No voy a establecer orden cronológico, simplemente traeré anécdotas desde la memoria. Muchos de los protagonistas podrán dar fe de lo que iré contándote…
Yo era la presidenta de la FEU de la facultad de Azucarera y siempre fui más leguleya y artista que ingeniera.
Llegaron los festivales de cultura de cada facultad y nosotros preparamos danzas, teatro, música y humor.
No te extrañes que separe el humor del teatro. Era mal visto hacer humor, pero nosotros lo disfrutábamos. Cuando aquello, Ulises Toirac se unió a nosotros y nosotros a Uly. Él era de Electroenergética, gracioso, súper talentoso y único. Su presencia garantizaba humor del bueno.
Entonces llegó la orden de arriba,los sketch humorísticos no podrían subir al escenario ni entrar en competencia.
Me tocaba decidir como actriz y como presidenta de la facultad. Y lo hice. No competiremos, pero haremos el humor en la parte final.
Éramos la primera facultad en hacer el festival y todo iba a ser representado en el teatro de Industrial, a full de estudiantes y todo el mundo feliz.
Cuando llegó el momento del humor, el jefe del bloque de cultura vino a prohibirlo. La cosa se puso fea,a pagaron las luces del teatro. Yo estaba sobre el escenario y Ulises muy cerca de la salida. Nos gritamos que seguiríamos el festival en el cenicero de Industrial y la gente se arremolinó feliz y disciplinada para ver nuestros números. Rieron, aplaudieron, nadie se fue.
Terminamos y …¡reunión! Laritza y Ulises los más malos del mundo. Se pedían cabezas rodando, ni sé a qué hora llegué a mi casa.
Lo que sí sé y jamás se me va a olvidar es que, al otro día, la facultad que venía detrás presentó su humor en el cenicero de Industrial y así todos los días, facultad tras facultad secundó la iniciativa y nos apoyó de manera rotunda.
Les cuento por arribita. Invitamos a Virulo y a todos los grupos de humor universitario, incluyendo a Salamanca, que era lo máximo. Y así convocamos el Primer Festival de humor universitario.
Ulises llevó la voz cantante de la organización del evento y sembró el arbolito del humor en la CUJAE.
¿Saben quién estuvo en la ceremonia y nos llamaba para actuar años después? Sí, aquel señor que siguió siendo el jefe del bloque de cultura. El mismo censor que, antes, pedía nuestras cabezas.