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MEMORIAS DE UN APRENDIZ DE ARQUITECTO: LA REMODELACIÓN DEL HOTEL NACIONAL DE CUBA

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Por Rafael Muñoz (Malanga blue)

Berlín.- El Hotel Nacional fue diseñado por el estudio de arquitectura neoyorquino McKim, Mead & White, financiado por el National City Bank de Nueva York y construido en catorce meses por la firma de ingeniería estadounidense Purdy and Henderson, responsable de las más importantes construcciones habaneras de ese periodo.

Siendo uno de los hoteles históricos más atractivos de La Habana, por su ubicación, por su arquitectura, por la fama de tantas figuras que se alojaron en él, también reviste un especial significado para mí, pues fue precisamente el proceso de remodelación y restauración que se acometió entre 1988 y 1992, el que me dio la gran oportunidad de iniciar mi carrera como arquitecto proyectista.

Para mí, arquitecto recién graduado, este proyecto era la gran escuela práctica, en la que lo aprendido durante los años de estudio universitario se confrontaba y complementaba cada día, con cada tarea técnica y creativa; y fue también una gran lección sobre el trabajo en equipo multidisciplinario, con los ingenieros, con los diseñadores, con los restauradores, con los artistas plásticos, interrelacionados con los inversionistas, con los gestores del proyecto, con los ejecutores.

Rememoro aquel especial inicio profesional con una muestra de los proyectos que tuve el privilegio de acometer. Lo dedico a mi principal mentor Luis Rubio Zuaznábar, Arquitecto Principal y jefe del equipo proyectista de la Emproy2, a todos mis queridos compañeros de ese gran proyecto que propició la declaratoria de Monumento Nacional.

Presento algunas fotos históricas de los primeros años del hotel, como referencia del meritorio trabajo de rescate de los principales valores de la arquitectura de sus ambientes, que fueron rehabilitados y restaurados; pero también enriquecidos con las soluciones de diseño que aportó el equipo del proyecto. Ello mereció el reconocimiento con el Premio de Mejor Obra de Arquitectura en la categoría de rehabilitación, otorgado por la UNAICC y el Gobierno de La Habana.

Como muestran las imágenes, aún no habíamos asumido la práctica proyectual con las tecnologías de la computación, que recién comenzábamos a descubrir, por lo que todo el proceso de trabajo era manual; y no pocas veces, por la gran presión que representaba la ejecución de las obras con un apretado cronograma, el proceso de concepción de ideas y de la información ejecutiva lo asumimos directamente con croquis, algunos de los cuales atesoro, y les comparto.

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