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Mayabeque celebra un enchape como si fuera un milagro

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Por Oscar Durán

San José de las Lajas.- El discurso oficial vuelve a demostrarnos cuán hondo hemos caído. En San José de las Lajas, la reinauguración de la Sala A de Medicina Interna del Hospital “Leopoldito Martínez” fue presentada como un triunfo histórico. Cubículos enchapados, baños reparados, tuberías nuevas. Una obra menor de mantenimiento se convierte en epopeya. La noticia no es la reparación en sí, sino la necesidad de celebrarla. Es como si hubiesen construido un hospital de primer mundo en medio del desierto.

Se habló de “gran paso” y “esfuerzo colectivo”. Fue como si garantizar mínimas condiciones de higiene en un centro médico fuera una hazaña y no una obligación elemental. El texto que circula en redes tiene todos los ingredientes de la retórica triunfalista. Agradecimientos solemnes, promesas de futuras reparaciones, referencias al Día de la Rebeldía Nacional para darle un barniz ideológico a lo que no pasa de ser un remozamiento. Ni un dato sobre la carencia de medicamentos. Ni una línea sobre la fuga de personal sanitario. Tampoco hay una mención a las urgencias reales de un sistema que se desangra.

El espectáculo de la miseria

El tono de “honor” con el que se anuncia la obra evidencia hasta qué punto el deterioro ha redefinido el concepto de logro. En cualquier país con un sistema de salud funcional, esto sería un parte de rutina administrativa. En Cuba, se convierte en espectáculo porque la normalidad dejó de existir hace años. Nos han enseñado a aplaudir lo mínimo, a sentir gratitud por lo básico, a vestir de épica lo que debería ser cotidiano.

Más preocupante es la carga política. La noticia no solo informa, sino que construye narrativa. “Nos recuerda el porqué luchamos,” dice el texto, ligando la reparación de unos baños a la legitimación de todo un proyecto político. Es la estrategia habitual: apropiarse de cada mejora aislada como prueba de resistencia. Mientras se oculta que el verdadero enemigo del sistema de salud no es el bloqueo. Es la desidia acumulada de décadas.

El “Leopoldito Martínez” no necesitaba una ceremonia ni un discurso para reinaugurar una sala. Necesitaba condiciones estables, recursos, medicamentos, personal protegido y motivado. Pero eso no cabe en el relato. Lo que importa no es el hospital ni los pacientes. Importa la foto, la consigna, el post que celebra un enchape como si fuera una victoria nacional.

Aquí le dejamos el enlace triunfalista de un perfil llamado Entérate Mayabeque: https://www.facebook.com/profile.php?id=61553304347202

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