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Por Albert Fonse ()
Miami.- ¿Sabían que Marco Rubio, bajo las leyes de Estados Unidos, por ser Secretario de Estado, tiene el poder para nombrar al Partido Comunista Cubano y a su brazo represor, la Seguridad del Estado, como organizaciones terroristas?
Bajo la Sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos (INA) y el Título 8 del Código de EE.UU. (§1189), el Secretario de Estado tiene la autoridad plena para designar como Organización Terrorista Extranjera (FTO) a cualquier grupo que sea extranjero, participe en actividades terroristas y represente una amenaza para la seguridad de Estados Unidos o sus intereses.
Marco Rubio sabe ampliamente que el Partido Comunista Cubano y la Seguridad del Estado cumplen con estas características. Son organizaciones extranjeras. Han cometido y siguen cometiendo actos sistemáticos de terrorismo de Estado, incluyendo torturas, desapariciones forzadas, represión violenta y crímenes de lesa humanidad. Representan además una amenaza real a la estabilidad regional y a la seguridad nacional de Estados Unidos mediante crisis migratorias inducidas, cooperación militar e inteligencia con potencias enemigas como Rusia, China e Irán, y vínculos históricos con organizaciones terroristas como las FARC, el ELN y Hezbollah.
Si Marco Rubio ejerciera su poder y los nombrara organizaciones terroristas, las implicaciones serían inmediatas y contundentes. Se congelarían todos sus activos en Estados Unidos y en bancos internacionales que operen con dólares. Se abrirían procesos penales contra cualquier persona o empresa que les brinde apoyo material o financiero. También se emitirían órdenes de captura internacionales contra sus dirigentes, imposibilitándoles viajar fuera de Cuba. Se procedería a la expulsión de agentes comunistas infiltrados en territorio estadounidense, y se aplicarían sanciones financieras y diplomáticas a terceros países que mantengan relaciones con ellos. Además, los familiares de los dirigentes que colaboren, se beneficien o participen en actividades del régimen también podrían ser sancionados, investigados, perder visas o ser expulsados de Estados Unidos.
Existe además una segunda etapa aún más contundente. Una vez designados como terroristas, bajo el Authorization for Use of Military Force (AUMF) de 2001 y el poder constitucional del Presidente como Comandante en Jefe, Estados Unidos tendría el derecho legal de realizar ataques directos con drones contra los dirigentes del Partido Comunista Cubano dentro de Cuba si representan una amenaza inminente a la seguridad nacional. Estos ataques serían de alta precisión, basados en inteligencia verificada, dirigidos exclusivamente a eliminar blancos de alto valor (HVT), siguiendo los mismos protocolos aplicados contra líderes de Al-Qaeda, ISIS y el régimen iraní. Serían cazados uno por uno, sin posibilidad de esconderse, y ningún dirigente comunista podría volver a asomar la cabeza. Este sería el verdadero camino para abrir las puertas de la libertad en Cuba y garantizar la seguridad de toda la región.
Entonces, si las pruebas existen, las leyes lo permiten y el deber moral es evidente, ¿qué espera el Secretario de Estado Marco Rubio para actuar?
El pueblo cubano y la seguridad de América lo exigen.