Por Redacción Internacional
La Paz.- El presidente boliviano, Luis Arce, acusó el viernes a seguidores de su ex mentor convertido en rival, Evo Morales, de estar detrás de una toma armada de puestos militares y de mantener a soldados como rehenes, aumentando las tensiones en la ya inquieta nación andina.
Arce dijo que los grupos habían ingresado por la fuerza en tres puestos militares en las afueras de la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia, hogar de muchos partidarios del ex presidente Morales, después de disparar y lanzar dinamita a la policía.
Los grupos también han irrumpido en la armería de cada puesto, dijo Arce, calificando el acto de «criminal» y acusando a los atacantes de traición.
Los militares bolivianos instaron a los responsables de la toma a abandonar «inmediata y pacíficamente» cada puesto.
Morales, en una conferencia de prensa ofrecida el viernes, llamó a dialogar con el gobierno. Sin asumir la responsabilidad por el asalto a los puestos militares, Morales dijo que iniciaría una huelga de hambre hasta que se iniciaran las conversaciones entre las dos partes.
«La vida de mis instructores y soldados está en peligro», advirtió un oficial militar anónimo en una grabación difundida por los medios locales.
Imágenes televisadas mostraron una fila de soldados uniformados con las manos tras la espalda, posiblemente atadas, rodeados de miembros del grupo armado.
Arce instó a la solidaridad y dijo que muchos de los soldados eran de clase trabajadora e indígenas, al igual que sus captores.
BLOQUEOS DE CARRETERAS
A principios de esta semana, la policía y el ejército intentaron despejar un bloqueo de una carretera que duraba semanas y que estaba siendo obstaculizado por partidarios de Morales, quienes estrangulaban el tráfico entre Cochabamba y Oruro.
Nosotros, los ciudadanos, estamos descontentos con este gobierno porque nos ha metido en una crisis que él mismo ha creado, porque la electricidad es algo que se debe gestionar adecuadamente. Los manifestantes respondieron lanzándoles dinamita desde las colinas cercanas, y luego la policía lanzó gases lacrimógenos.
Los seguidores de Morales bloquearon carreteras a mediados de octubre en apoyo a su causa, presionando para que se desestime la investigación penal contra el expresidente por presunto abuso de una menor. Morales ha argumentado que la investigación tiene motivaciones políticas.
Desde entonces, las interrupciones en el transporte han costado a la empobrecida economía sudamericana más de 1.700 millones de dólares , dijo Arce el miércoles. Los dos líderes de izquierda, ambos con raíces en el partido socialista gobernante de Bolivia, han pasado de ser aliados cercanos a rivales acérrimos en los últimos meses mientras compiten por posiciones de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. (Reuters)
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