Los robos del ‘muchacho’ del Transfermovil

Por Víctor Ovidio Artiles ()

Caibarién.- Normalmente, en los últimos ¿meses?, el Muchacho del Catao es el responsable del 95% de mis problemas. Esta vez, a menos se pruebe su participación, la culpa recae en un primo suyo. El acusado es conocido como El Muchacho de Transfermovil, MT por sus siglas en español.

La noche antes de partir al hospital mi cuenta bancaria exhibía una fortuna ascendente a 17.34 pesos. Con eso no podía comprar ni la cáscara de un diente de ajo. Una amiga me transfiere cinco mil pesos para que pudiese iniciar mi periplo hasta que entrara mi salario.

Una hora después entró el salario y, como buen ciudadano, procedí a la devolución.

Sobra decir el cuidado que tuve al escribir los dieciséis dígitos. Los revisé más que a un recién nacido. ¡Que exactitud! Envié la transferencia y me sentí un hombre de bien. Recibí el mensaje de confirmación. Todo un éxito la operación. En la mañana, rumbo a Santa Clara, recibo la noticia de que mi transferencia jamás llegó a su destino.

Las alas de mi corazón cayeron desplumadas al piso del carro. Como la amiga no tiene la culpa, volví a transferir cinco mil pesos. Estos cabrones llegaron al momento, como si hubiesen viajado en un misil hipersónico. Los otros se esfumaron. No puedo decir que se hayan vuelto sal y agua. Ojalá, porque la sal siempre hace falta y el agua en mi casa es algo así como un lujo.

Ahora mismo no sé si está fechoría es ocurrencia del Muchacho de Transfermovil o fue por encargo del Muchacho del Catao. Lo cierto es que fui vilmente robado.

Me dicen que debo ir al banco a gestionar la solución. Con el poco tiempo que tengo, mejor lo doy por perdido o mejor todavía, lo doy como donación a las MTT.