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Por Esteban Fernández-Roig Jr.
Miami.- El desastre y la destrucción en que ha sido sumida nuestra nación debe llevarnos a poner en el Altar de la Patria a los hombres. Estos hombres que en 1961 arriesgaron sus vidas intentando salvarla.
Sí, mis amigos, los Brigadistas fueron unos leones. Solamente mil y pico de patriotas se batieron con una fuerza extremadamente superior. Yo creo que como de 200 a uno. Ellos no ganaron esa desigual batalla simplemente porque no tuvieron el apoyo aéreo que requería la situación.
El desembarco en Bahía de Cochinos, según mi opinión, fue uno de los episodios de guerra más valiente y limpio de la historia universal.
Los valientes Brigadistas no se rajaron, no se pasaron a las filas enemigas, lucharon hasta sus últimas balas. Pelearon como fieras, sin miedo, sin abandonar la lucha.
Eneido Oliva, Hugo Sueiro, Eduardo Ferrer, San Román, mi estimado Orlando Atienza, Manuel Artime, Alejandro Del Valle, Félix Rodríguez, René García, Luis González Lalondry fueron unos héroes en el campo de batalla.
Para mi representa un honor haber conocido a Jorge Mas Canosa, Antonio Calatayud, a Hiram Gómez, Sergio «Perico» Díaz, Abel Pérez, Martínez Miller, Fernando Marquet, Emilio y Francisco Valdés, Ángel Santos, Jesús Godoy, Waldito Castroverde, Gustavo Alemán, Mario Muxó, Gil González y Pedro Escala.
También a Sergio Avila, José Castaño, Luis Diehl, Milton López, José Regalado, Miguel Uría, Humberto Solís, Juan Rodríguez y Félix Urra. Gracias a su comportamiento en Girón me hacen sentir súper orgulloso de poder llamarlos mis amigos.
¿A que no saben y nadie les ha dicho? Eso lo vi yo personalmente. Fueron los fidelistas quienes cobardemente corrieron a quitar de las puertas de sus casas los letreros de «Gracias y esta es tu casa Fidel». Ellos eliminaron los cartelones de COMITÉS DE DEFENSA de sus hogares.
Y cuando se enteraron que habían triunfado las hordas castristas, entonces corrieron a ponerse unos recién estrenados uniformes de milicianos.
Cien abrazos y mil aplausos a todos los Brigadistas aún vivos, y a los muertos GLORIA ETERNA.