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LEONARDO ROMERO: OTRO CASO DE ATROPELLO DEL RÉGIMEN

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La Habana.- Leonardo Romero Negrín fue detenido arbitrariamente en el Parque Central de La Habana. Estaba solo. No portaba armas, no incitaba a la violencia, ni siquiera llevaba un mensaje escrito. Solo un cartel en blanco. Aun así, fue reducido, golpeado y privado de su libertad.

Ahora que lo han liberado, le impondrán cargos por «resistirse» a una detención arbitraria, pero nadie se disculpará por el abuso, los golpes ni el atropello. Así funciona el régimen: castiga la protesta pacífica y luego se justifica a sí mismo con procesos amañados.

El caso de Leonardo es una contradicción viviente para el gobierno cubano. Él mismo se define como socialista, y sin embargo, el Estado que se dice socialista lo reprime sin piedad. ¿No se supone que un sistema que proclama el socialismo debería estar en sintonía con él?

Pero en Cuba no hay socialismo, ni intención de construirlo. Hay un aparato de control que reprime a cualquiera que piense por sí mismo, incluso si comparte la etiqueta que el gobierno dice defender.

Y es que el problema no es el socialismo, ni el liberalismo, ni ninguna ideología en particular: el problema es el poder que no admite cuestionamientos.

Un gobierno nervioso

El gobierno está nervioso. Sabe que el país está al borde del colapso, que incluso el pueblo más oprimido y sumiso tiene razones de sobra para estallar.

Y en su torpeza, en su desesperación por controlar lo incontrolable, comete errores como este: golpear y encarcelar a un joven inteligente, pacífico, con una simple hoja en blanco.

Este tipo de abusos deben ser visibles para todos. Me gustaría encontrar a alguien que pueda justificarlo, que pueda explicar cómo detener y golpear a un muchacho solo con un cartel vacío es un acto legítimo.

Si nadie puede hacerlo, que al menos sirva para abrir los ojos a más personas.

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