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LA TV CUBANA DA LA SOLUCIÓN: A COCINAR CON BIOGÁS DE HECES HUMANAS

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- Por no haber, en Cuba no hay nada y habrá menos en los próximos tiempos. Y no lo digo yo, lo acaba de decir la televisión cubana en un pedante reportaje sobre el carbón que termina con una única propuesta, casi increíble: biogás.

Admito que no quise averiguar el nombre del que presentó el referido reporte, porque se pasó todo el tiempo, como unos 10 minutos, floreando sobre los combustibles para cocinar, sobre todo el carbón, que ahora mismo está tan caro y tan escaso, como nadie puede imaginar.

No hay carbón en Cuba. No hay con qué cocinar en un país donde, para los pueblos de campo, quitan la corriente hasta 20 horas diarias, y cuando la ponen es en la madrugada, la menos idónea de las horas para dedicarse a preparar alimentos.

No hay luzbrillante o queroseno, y tampoco hay petróleo, y la leña, como dijo uno en el reporte, está muy difícil de encontrar, porque, antes que todo, se necesita combustible para cortarla y moverla hasta los lugares, entre ellos zonas de la capital.

Dice la televisión cubana que un saco de carbón en El Cerro, en el propio centro de la urbe, vale tres mil pesos. Y ese mismo montó cuesta en Santo Domingo, un pueblo de campo de Villa Clara, cuyos prados, antes cubiertos de caña, ahora están repletos de marabú.

Los jubilados culpan al privado

La televisión cuenta su historia. Trae a jubilados que culpan al privado de los precios del carbón, como intentando quitarle responsabilidad al único que la tiene, el incapaz gobierno que rige los destinos del país desde hace 66 años, sin alternativa alguna para que otro lo haga mejor, o al menos lo intente.

El referido reporte, pedante, aburrido, tedioso, descafeinado, intenta adoctrinar, quedar bien, convencer, concientizar, incluso, y casi al final, en un falso vivo que, por demás, quedó ridículo, un periodista que se encuentra en Jobabo, ofrece una solución.

Como no hay solución, el reportero que se encuentra en lo que él llama «la capital cubana del carbón, dice que no hay otra salida que el biogás. Sí, así como lo leen, el biogás.

Pero si pensabas que se refería al que se obtiene del almacenamiento de las excretas del ganado o de los cerdos y que en muchas partes del mundo se usa como combustible alternativo, y también por particulares en Cuba, te engañas.

Biogás de caca humana

Se refieren al biogás, obtenido a partir de excrementos humanos. En esos pueblos de campo donde no hay alcantarillado y todo lo que sale del estómago va a una fosa, a veces al lado del pozo, se pueden usar las deposiciones para producir biogás.

Si fuéramos Singapur, Hong Kong, Tailandia o Indonesia, lo creería. Pero en la Cuba que no tiene vehículos ni combustibles para recoger la basura, cómo van a recolectar la mierda para producir biogás.

Esto se presta para chistes, si no fuera porque lo dijeron en serio. Y lo primero que genera hilaridad y dudas es que para que un pueblo genere abundantes excretas, tiene que comer, y en Cuba no hay mucho que comer.

Esto, ya lo digo, es una idea loca, salida de las mentes febriles de los dirigentes comunistas, que no llegará a nada jamás, como no llegó lo del vice primer ministro que propuso sembrar peces en los patios, o el presidente que quería hacer una casa y media por municipio por día.

¿Hasta cuándo nos dejaremos tomar el pelo?

Esta idea es una locura. Una tomadura de pelo, que alguien puso a rodar para que los crédulos esos que aún se tragan todo lo que les dice la televisión, el diario Granma o los descarados políticos en reuniones, comiencen a rodar para generar ilusión.

Producir biogás con excrementos humanos es la mayor locura que jamás he escuchado, y para ellos es la solución a la escasez de carbón, que es solo la última de las escaseces, todo en medio de la insoportable vida que llevamos los cubanos.

Pero si alguna vez, por algún milagro y no por buena gestión, consiguieran que los cubanos cagáramos tanto como para producir el biogás necesario para cocinar, también lo controlarían, y darían una balita cada tres meses, tal vez del peor.

Una parte, el mejor, el que queme más azulito, estará destinado a los Castro, los dirigentes y los generales; una parte se exportará, y solos los residuos, los que quemen rojo y dejen peste a mierda en las casas se destinarán a los pobres.

Juro que hablo en serio. Todo esto lo escribo con dolor en el alma, pero es literalmente así. Hasta a eso hemos llegado. ¡Pobre Cuba, en las manos que ha caído!

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