
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Jorge Sotero ()
La Habana.- Es temprano en La Habana. Aún no amanece, pero siento el ruido tenue de las vibraciones del celular en la mesita de noche. Por un momento se detienen, pero luego vuelven, y no hay más remedio que responder.
-Buen día, Eliecer. ¿Pasa algo?
-Chicho -así me decían los amigos de la universidad por aquello de El Tosco en sus canciones y mi timidez tremenda a la hora de conquistar alguna chica-, viste que se murió Carlos Aldana…
-No. No sé nada. Aún duermo. Murió desde anoche, dicen que estaba muy mal…
-Ya era un hombre muy mayor, aunque no creo que llegara a los 90 años.
-No, solo tenía 82, según Google, que lo sabe todo.
-Habrá que escribir algo…
-Ya todos escribieron. Me refiero a los medios independientes. Los del gobierno ni una línea, y eso que ese tipo tuvo todo el control sobre ellos por algún tiempo.
-Lo recuerdo. Hubo un momento en el que Aldana estaba solo por detrás de los dos hermanos y eso despertó muchas suspicacias, sobre todo en el departamento de Organización del comité central, desde donde decían que Machado Ventura no lo podía ver.
-Pues ni una línea. No le recompensaron ni su silencio, el no haber aparecido jamás en escena luego de que lo tronaran, ni que se hubiera defendido, incluso.
-Cierto. Ese no hizo un Carlos Lage. No hizo jamás un vídeo, no escribió una carta, no dio una declaración, nada de nada. Se guardó en silencio todo. De todas formas, veré si escribo algo, como aquella reunión con los estudiantes de la Escuela de periodismo, donde fue protagonista hasta que Fidel Castro se lo robó todo -el protagonismo, quiero decir.
-Bueno, nada, solo quería que lo supieras. Creo que se me fue la mano al despertarte tan temprano.
-También se le fue la mano a los medios con no decir nada de la muerte de Aldana. Al menos una línea le pudieron haber dedicado. Al menos decirlo.
-Pero, ¿sabes algo? Ya nadie se recuerda de ese hombre…
-Eso es seguro. Ni los de nuestra generación lo recordamos. Esa es la técnica del castrismo: te usan, te sacan el sumo y luego te multiplican por cero… como si fueras un no hombre, como aquello que dijo Randy Alonso de los deportistas cubanos que compitieron bajo otras banderas.
-Son cosas normales en Cuba. Nadie recuerda a estos personajes, ni ellos mismos, pero si se acuerdan de los estudiantes de medicina que fusilaron los españoles hace un siglo y medio casi. Viste el tranque ayer en una pila de calles por lo de la marcha de la Escalinata hasta Prado… Increíble.
-No te asustes por eso. Son cosas normales de este país, de las que han pasado siempre. A mí, ahora mismo, me preocupan más los decretos nuevos y todas esas cosas que tienen entre manos…
-Bueno, pero el presidente dijo en Santa Isabel de las Lajas que los pequeños problemas de este año se resolverán para el próximo…
-También dijo que 2025 será mejor… Chúpate esa.
-Nos hablamos después. Perdóname por haberte llamado para lo de Aldana, pero ya veo que no es tan importante…
-Algo escribiremos después. Más tarde, alguna historia, algún recuerdo de Carlos, porque ahora mismo no se me ocurre nada.