
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Tenía apenas 15 años y un ordenador doméstico. Con eso le bastó a Jonathan Joseph James para vulnerar los sistemas del Pentágono y de la NASA, dos de las instituciones más protegidas del mundo.
Su alias era c0mrade. Bajo esa firma digital, interceptó correos electrónicos, contraseñas, códigos fuente, y dejó en evidencia lo que pocos querían admitir: que los sistemas de defensa más poderosos eran vulnerables… y estaban en manos de adolescentes con talento e inconformismo.
La NASA tuvo que apagar sus servidores por completo. Las pérdidas económicas se contaron en millones. Pero lo más grave fue el golpe al orgullo de las agencias de seguridad.
Cuando lo atraparon en el año 2000, tenía 16 años.
Durante el juicio, declaró sin miedo: «El sistema de seguridad de la NASA es ridículo. No vale todo ese dinero.»
Había intentado advertirles antes. Mandó correos alertando de fallos graves. Nadie lo escuchó.
Condenado a seis meses de arresto domiciliario y libertad condicional hasta los 18 años, Jonathan cumplió la pena. Pero años después, fue acusado injustamente de formar parte de una red de ciberataques que él negó haber cometido.
En 2008, con solo 24 años, se quitó la vida de un disparo. En su carta final escribió:
«No creo en el sistema judicial. No quiero pasar el resto de mi vida encerrado por algo que no hice.»
Muchos lo recuerdan hoy no solo como un genio de la informática, sino como un joven brillante que fue silenciado por un sistema incapaz de entenderlo. (Tomado de Datos Históricos)