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La momia de Usermontu: un puzzle médico del Antiguo Egipto

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(Tomado de Datos Históricos)

Entre los silencios del desierto de Tebas, en Deir el-Bahari, fue hallada una momia que desconcierta a arqueólogos y científicos hasta hoy.

A simple vista, parecía un cuerpo más dentro de la vasta colección egipcia. Sin embargo, pronto reveló contradicciones imposibles de ignorar: el trozo de lino adherido a su muñeca databa del 400 a. C., pero el método de embalsamamiento se remontaba siglos atrás, quizá hasta el Estado Moderno (c. 1570 a. C.).

Sus brazos cruzados —un gesto reservado a la realeza— y el cabello rojizo aún visible tras miles de años la vinculan con la dinastía ramésida. Se sabe que Ramsés II y varios de sus descendientes tenían cabellos naturalmente rojizos, lo que refuerza la hipótesis de un linaje real.

Pero lo más sorprendente se hallaba en su pierna: un alfiler de hierro de 23 cm unía el fémur con la tibia, insertado quirúrgicamente antes de la momificación. Es, hasta la fecha, una de las evidencias más antiguas de cirugía ortopédica. Que los médicos del Antiguo Egipto hubieran logrado tal hazaña resulta asombroso incluso para los estándares modernos.

Muchas interrogantes

Los expertos explican las inconsistencias en su ataúd y su técnica de embalsamamiento como el resultado de los saqueos de tumbas en el Valle de los Reyes. Muchas momias fueron reubicadas en ataúdes equivocados para protegerlas de los ladrones.

Hoy, conocida como la momia de Usermontu, se conserva en el Museo Egipcio Rosacruz de California. Su sola existencia plantea preguntas incómodas: ¿fue un rey olvidado? ¿Un príncipe ramésida cuya historia quedó enterrada bajo siglos de polvo y confusión?

Lo único seguro es que esta momia sigue siendo una ventana inquietante hacia los secretos médicos, culturales y funerarios del Antiguo Egipto, y una prueba de que la arqueología nunca deja de sorprender.

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