Enter your email address below and subscribe to our newsletter

La línea que salva millones de vidas

Comparte esta noticia

Por Datos Históricos

La Habana.- Todo comenzó en Detroit, en 1911, cuando Edward N. Hines tuvo una idea tan simple como brillante: pintar una línea blanca en medio de la carretera. No fue un acto de genialidad en un laboratorio, sino una intuición práctica: si los conductores veían una separación clara entre carriles, habría menos choques frontales. Así nació la primera señalización vial oficial.

Con el tiempo surgió la anécdota del camión lechero que, al gotear, “dibujaba” la línea en el asfalto. Real o no, la historia solo reforzó la imagen de aquel trazo que cambiaría la seguridad en las carreteras para siempre.

En 1917, un ingeniero de Michigan, Kenneth Ingalls Sawyer, aplicó la misma idea en una peligrosa curva rural conocida como la Curva del Hombre Muerto. Allí pintó una línea que, según recuerdan los archivos, evitó más de una tragedia. Ese mismo año, en Oregón, el ayudante del sheriff Peter Rexford propuso que la línea fuera amarilla, más visible de noche. Y en California, la doctora June McCarroll, tras un accidente, tomó un pincel, pintó la carretera ella misma y emprendió una campaña que transformó las calles de todo el estado.

Lo que empezó como iniciativas aisladas se convirtió, con el paso de las décadas, en un lenguaje universal. Para los años 30 ya había esfuerzos por estandarizar las señales, y tras la Segunda Guerra Mundial, se definió un código de colores que aún rige:

Blanco, para carriles en la misma dirección.

Amarillo, para carriles en direcciones opuestas.

La norma quedó fijada en los años 70 y hoy se aplica en buena parte del mundo.

La pintura también evolucionó: de trazos caseros a termoplásticos con microesferas reflectantes, aplicados a más de 200 °C, capaces de brillar en la oscuridad y durar años.

Pero el principio sigue siendo el mismo: una simple línea que guía, ordena y salva vidas. La próxima vez que mires esas franjas blancas y amarillas en la carretera, recuerda que no son solo pintura: son el resultado de más de un siglo de ingenio, obstinación… y de miles de vidas que nunca llegaron a perderse gracias a ellas.

Deja un comentario