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Por Albert Fonse ()

Miami.- La libertad de Cuba NO es prioridad en Washington. Durante las campañas, abundan las visitas a restaurantes cubanos, los abrazos al exilio, las promesas vacías y las menciones a los presos políticos. Pero cuando toman el poder, lo único que llega son maquillajes simbólicos sin impacto real.

No me vengan con que “acaban de comenzar”. Hay tiempo para Ucrania, para Israel, para Taiwán, para África… ¿y no hay tiempo para una isla a 90 millas infestada de espías rusos y chinos, donde cientos están presos por pedir libertad?

¿Dónde está el exilio que gritaba “Libertad y democracia”? ¿Ahora hay que callar porque los que mandan son “los nuestros”? ¡NO! A ellos son a quienes más hay que exigirles. No fuimos exiliados para convertirnos en cómplices silenciosos.

Si no se aprovecha una fórmula como Trump en la presidencia y Marco Rubio como Secretario de Estado, ¿entonces qué más vamos a pedir? ¿Qué otra combinación vamos a esperar? ¡El momento es ahora!

Mucha calle se llenó en nombre de Trump. Pues es hora de que ese respaldo nos corresponda. Es hora de que la causa de la libertad de Cuba se convierta en una prioridad real para esta administración.

Basta de hacernos los tontos mientras las agencias testaferros del régimen siguen operando libremente y negociando como si nada. Basta de denuncias simbólicas en televisión y listas sin consecuencias reales.

La dictadura cubana sigue matando, torturando y reprimiendo… y cada silencio del poder es complicidad.

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