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Por Jorge Sotero ()
La Habana.- Alemania estuvo dividida 45 años. Una era próspera y en la otra no se pasaba hambre ni se caían las casas cuando llovía o nevaba. Aunque había persecución en esta última. Al final los del oriente tumbaron el muro y la gran Alemania volvió a ser una.

Las coreas están partidas desde la guerra. Una es de los países más desarrollados del mundo. La otra un reino. El de los Kim. Dueños y señores reverenciados y venerados hasta el paroxismo. Opulencia contra pobreza. Libertad contra persecución. Democracia contra tiranía.

Eso mismo podemos hacer los cubanos. Partir la isla. Cortarla un poco más allá de Santa Clara, para que la tierra donde nació el payaso que gobierna ahora, le toque a la parte comunista. No importa que se queden con la capital, con Varadero, con Cayo Santa María, o con las mejores industrias.

Esa parte, la Cuba del Occidente, donde vivo ahora, seguirá de rojo intenso, sometida por la familia Castro, con títeres en cada provincia o municipio, perseguida por la tristemente célebre Seguridad del Estado, con policías y jueces corruptos. Casi sin escuelas, y apenas con algún hospital. Con discursos manidos, consignas aburridas y mucho comunismo. Que es como decir que habrá hambre, y pobreza a granel.

Me va a tocar el comunismo… el hambre

Ahí me tocará vivir. Mi casa en esta ciudad me condenará a seguir en un país que se dice socialista. Mis hijos y mis nietos recibirán la misma dosis de doctrina que mi padre y yo. Seguirán las viejas y desvencijadas bodegas, donde ya nunca llega nada, y llegará cada vez menos.

En los puestos apenas se podrá comprar alguna yuca llena de tierra, unos boniatos con tetuán, o pollo importado del oriente. No del Medio Oriente ni del Lejano Oriente, sino de la parte oriental de la misma isla, donde el libre mercado dará paso a la prosperidad.

Los del Occidente, tendremos CDR, UJC, FMC y CTC, además de PCC como fuerza rectora de la sociedad y el Estado, tal como dice la Constitución. En el Oriente, el Partido Comunista será ilegal. Los que pertenecieron a sus filas lo recordarán como un mal momento.

En Occidente, la labor de la Seguridad del Estado será cada vez más férrea. En Oriente, se desmantelará esa funesta institución, culpable del sufrimiento de miles de cubanos. Al poniente mantendrán el servicio militar obligatorio. Al naciente, solo habrá una guardia nacional para cuidar las fronteras y para casos de catástrofes.

Una vida diferente… o una vida

La Habana terminará en ruinas. Santiago será una urbe esplendorosa. Los cubanos del occidente, emigrarán al oriente. Se jugarán la vida en las alambradas, o se lanzarán al mar para irse a la nación vecina.

En el Este, la inversión extranjera tendrá sus puertas abiertas. Pero la prioridad la tendrán los cubanos, donde quiera que vivan.

Los hoteles de Holguín, Ciego de Ávila y otros lugares, volverán a llenarse de turistas, tanto foráneos como locales, y no habrá libreta de abastecimiento ni bodegas sucias. En las ciudades más grandes proliferarán los supermercados.

Las iglesias podrán tener de nuevo escuelas. La educación no tendrá que ser un patrimonio del Estado, y los jóvenes no dependerán de un escalafón para acceder a la universidad.

Y lo más importante: a la primera oportunidad, desde el Oriente se preparará una fuerza para liberar al Occidente y reunificar el país. Para que Cuba, completa, sea un país hermoso, un lugar al que los cubanos regresen de una vez y donde valga la pena vivir.

PD: No vaya a pensar nadie que la piedra de San Ifigenia la vamos a mantener allí. Al primer día la lanzaremos al medio de la bahía de Santiago, con todo lo que tiene dentro, aunque no creo que los restos del sátrapa mayor estén allí de verdad.

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