Buenos Aires.- Esta inquietante obra de Richard Tennant Cooper es una escalofriante alegoría que representa la enfermedad de la difteria, una dolencia común y mortal durante principios del siglo XX.
El esqueleto fantasmagórico en la pintura simboliza el agarre de la muerte mientras se cierne sobre un niño dormido, sus manos esqueléticas asfixiando al niño de manera escalofriante —una poderosa metáfora de cómo la difteria a menudo causaba asfixia debido a severas infecciones de garganta.
La ambientación de la habitación, con una mesita de noche que sostiene medicina y un gato observando en silencio, evoca el típico cuarto de enfermo de la época, añadiendo un sentido de realismo desolador a la figura sobrenatural.
Cooper era conocido por sus obras de arte de temática médica encargadas por el Wellcome Trust. Su uso de la alegoría buscaba reflejar el terror que tales enfermedades inspiraban antes de que existieran tratamientos médicos modernos.
Los colores apagados y la atmósfera inquietante sirven para resaltar la dura realidad de la enfermedad durante ese tiempo, con el esqueleto actuando como una encarnación de la naturaleza invisible pero mortal de la enfermedad.
¿Por qué importa?:
Esta pintura sirve como un recordatorio contundente del miedo histórico a las enfermedades infecciosas antes de la llegada de las vacunas y tratamientos efectivos.
La obra de Cooper no solo ilustra una enfermedad específica, sino que también representa el temor inminente a la muerte que sobrevolaba a las familias que enfrentaban enfermedades mortales como la difteria.
Ubicación: Wellcome Collection, Londres
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