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LA EXTRAÑA PROFECÍA Y LA MUERTE DE ESQUILO
Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- Esquilo, uno de los grandes dramaturgos de la antigua Grecia, dejó una huella inolvidable en el teatro con sus obras dramáticas como La Orestíada.
Sin embargo, el final de su vida es recordado por algo mucho más extraño que su escritura. Según la leyenda, un oráculo advirtió a Esquilo que moriría a causa de la caída de un objeto.
Tomándose en serio la profecía, decidió evitar los edificios y otros espacios cerrados, pensando que el aire libre lo mantendría a salvo. Desafortunadamente, el destino tenía un oscuro sentido del humor.
Un día, mientras Esquilo estaba sentado al aire libre en un campo abierto, un águila voló sobre él llevando una tortuga. Confundiendo su cabeza calva con una roca, el águila dejó caer la tortuga en un intento de romper su caparazón.
La tortuga golpeó a Esquilo y lo mató, cumpliendo la profecía de una de las formas más extrañas imaginables. Ya sea que esta historia sea real o ficticia, se ha convertido en una de las anécdotas más memorables del mundo antiguo.
Aunque Esquilo es más conocido por sus contribuciones al teatro, su inusual muerte ha añadido un giro peculiar a su legado. Sirve como recordatorio de lo impredecible que puede ser la vida y de cómo incluso las grandes figuras de la historia no son inmunes a destinos extraños.
En el caso de Esquilo, no fueron sus poderosas palabras sino una tortuga las que provocaron su acto final.
