«Fueron tiempos terribles», dijo entre lágrimas esta trabajadora farmacéutica de 61 años durante una entrevista en su casa de La Habana. «Cuando tienes hijos, nunca piensas que se van a ir. Pero todos conocemos la situación aquí».
No es ningún secreto que la crisis económica de Cuba ha provocado un éxodo récord de sus ciudadanos, muy superior a migraciones masivas similares fuera de la isla, incluido el éxodo del Mariel en 1980.
Pero incluso dentro de Cuba, los científicos especializados en población debaten el alcance del declive poblacional del país, con estimaciones recientes que van desde alrededor del 10% desde 2020, hasta casi uno de cada cinco residentes solo en los últimos dos años.
«Hay otros países donde eso ha sucedido, pero han sido en tiempos de guerra», dijo Juan Carlos Albizu-Campos, economista y científico demográfico radicado en Cuba que trabaja para el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo en Cuba.
Albizu-Campos, quien ha estudiado la demografía de Cuba durante 30 años, sorprendió a muchos en julio cuando estimó que la población de la isla había caído drásticamente a 8,62 millones, una disminución del 18% solo en 2022 y 2023, cifras que describió como una «estampida migratoria».
Juan Carlos Alfonso Fraga, de la agencia oficial de estadísticas cubana ONEI, cifra la población en 10,1 millones, muy por encima de la estimación de Albizu-Campos, pero aún así una «disminución importante» del 10% desde 2020.
La diferencia entre las dos estimaciones se reduce a detalles técnicos que, según dijeron los expertos a Reuters, se resuelven mejor mediante un censo.
Pero el recuento formal de la población se ha retrasado al menos hasta 2025, dicen los funcionarios.
Aunque la escala de la migración sigue siendo incierta, los expertos en población coinciden en que la mayoría de quienes se van son trabajadores jóvenes y aptos para trabajar.
Los datos oficiales han demostrado durante décadas que las tasas de natalidad también han disminuido drásticamente en Cuba, y ahora están muy por debajo de la tasa necesaria para reemplazar a quienes fallecen cada año.
Uno de cada cuatro cubanos tiene ahora más de 60 años, según datos publicados por la ONEI en julio, una carga cada vez mayor para el sistema de salud del país y su economía.
Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, dice que esa dinámica -una baja tasa de natalidad y una creciente migración- hace que Cuba se destaque.
«Cuando miras las estadísticas de Estados Unidos, Europa y algunos países de Sudamérica, ves que están recibiendo inmigrantes… y eso rejuvenece la estructura poblacional», dijo Aja a Reuters.
«En el caso de Cuba estamos perdiendo población y jóvenes». (Reuters)