Por Manuel Viera
La Habana.- El video es fuerte, apenas pude dormir. Soy padre. Pero también habría que preguntarse: ¿qué habría pasado si no hubiese quedado documentado ese momento? ¿Nos habríamos enterado igual? ¿Los medios oficiales hubiesen dado la noticia? ¿Lo hubiesen salido a buscar inmediatamente en semejante operativo sin límite de recursos?
Llama la atención que las opiniones se desvíen hacia al hecho de que se hiciera público un video que evidentemente transmitía las inundaciones en ese momento sin ningún otro propósito y que sí, el pueblo cubano viralizó de inmediato; y llama la atención porque es lo que menos tendría que preocupar.
Lo cierto es que más que ocuparse de las redes sociales, más que preocuparse por regular y censurar lo que debe ser libre, tendrían que preocuparse por el deterioro y el abandono de la infraestructura, por hacer más efectivo el drenaje y la seguridad de esas tapas que se levantan en cuanto caen dos gotas de agua.
De hecho, hay muchas que faltan de forma permanente sin que caiga una gota de agua. Hace apenas unos meses publiqué sobre ello desde el Cotorro, lo recuerdo muy bien. La Habana es hoy un lugar muy peligroso en el que lo mismo mueres al caer en un hueco que porque te caiga un pedazo de edificio en la cabeza. Eso sería lo que más ocupados tendría que mantener a las autoridades. Al carajo la imagen, al carajo la politización de todo, vivimos en un constante peligro y alguien tiene no solo la función sino la obligación de hacer.
Los responsables no pueden estar cruzando los mares. Justificar no puede seguir siendo la solución.
Post Views: 72