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La dictadura no es un actor pasivo, es el eje

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Por Albert Fonse ()

¿Me van a decir que estos dos creadores de terrorismo, odiadores declarados de Estados Unidos, con décadas conspirando contra el mundo libre, no han penetrado, introducido e infiltrado tecnología militar iraní en Cuba, para que la dictadura cubana pueda usarla en una situación de conflicto, presión o desestabilización contra su enemigo común?

Que Irán, patrocinador del terrorismo global, financista de Hamas, Hezbolá, la Yihad Islámica Palestina y redes de sabotaje internacional. Responsable de atentados, drones suicidas, milicias armadas, comandos encubiertos y guerra cibernética. Y La dictadura cubana, generadora de guerrillas marxistas por toda América Latina, entrenadora de insurgencias, exportadora de violencia revolucionaria, protectora de terroristas y experta en subversión, inteligencia, contrabando y propaganda. No Lo han hecho, permitenme dudarlo.

En mayo de 2001, Fidel Castro lo dijo sin ambigüedades en Teherán: “Irán y Cuba, juntos, pondrán de rodillas a Estados Unidos.” No fue una frase simbólica ni un exceso retórico. Fue una declaración política realizada desde la capital iraní, frente a los líderes de un régimen que desde hace décadas busca atacar la estabilidad de Occidente. Fue un pacto entre aliados. Desde entonces, la relación no ha disminuido. Se ha profundizado. Irán ha perfeccionado la guerra asimétrica. La dictadura cubana ha perfeccionado la infiltración, el encubrimiento y la manipulación.

El triángulo Teherán-Caracas-La Habana

La tecnología iraní ya se ha desplegado en Venezuela. Drones Mohajer-2 y Mohajer-6, utilizados por Irán en ataques contra objetivos israelíes y estadounidenses, han sido operados en territorio venezolano. A esto se suman sistemas de vigilancia aérea, capacidades de guerra electrónica y entrenamiento táctico ofrecido por asesores iraníes.

Todo esto ya circula dentro de la órbita del eje antiestadounidense. Caracas, como todo el mundo sabe, es un satélite del régimen de La Habana. La toma de decisiones estratégicas en Venezuela pasa por los intereses de la dictadura cubana. ¿Que el régimen que manda carece de lo que ya opera bajo sus órdenes? Hay que ser ingenuo o cómplice para sostener algo así.

La dictadura cubana lleva décadas moviendo armas bajo fachada diplomática o humanitaria. Maneja puertos sin supervisión internacional, controla todo su espacio territorial, y posee una estructura de vigilancia diseñada precisamente para encubrir cualquier operación sensible.

Recibe submarinos nucleares rusos, fragatas con misiles hipersónicos, asesores militares, y firma acuerdos con Bielorrusia para modernizar sus misiles antiaéreos. Alberga estaciones de inteligencia electrónica operadas por China y Rusia en Bejucal, Calabazar, El Salao y Wajay, capaces de interceptar comunicaciones del Comando Sur de Estados Unidos y de espiar objetivos estratégicos en la Florida. Todo eso está instalado a solo 90 millas de territorio norteamericano.

No se necesita una guerra formal para lanzar un ataque. Hoy basta un dron, un sabotaje electrónico, un corte de comunicación, una célula infiltrada. Todo eso puede activarse en cuestión de minutos desde una isla controlada, entrenada, armada y respaldada por regímenes hostiles. La dictadura cubana no es un actor pasivo. Es el eje. El punto de conexión.

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