
LA CIUDAD MALDITA
Por Ed Libedinsky ()
Buenos Aires.- Bodie, una ciudad ubicada en el estado de California, es un lugar envuelto en un aura de misterio y superstición. Fundada a finales del siglo XIX durante la fiebre del oro, Bodie rápidamente se convirtió en un próspero centro minero. Sin embargo, a medida que la fiebre del oro disminuyó, también lo hizo la fortuna de la ciudad, dejando atrás una colección de edificios abandonados y leyendas inquietantes.
El auge de Bodie comenzó alrededor de 1876, cuando William S. Bodey descubrió oro en la zona. La ciudad pronto floreció, atrayendo a miles de buscadores de fortuna y alcanzando una población de aproximadamente diez mil habitantes en su apogeo. Durante este período, Bodie era conocido por su vida desenfrenada, con salones, burdeles y casas de entretenimiento operando las 24 horas del día. Sin embargo, junto con la riqueza y el entretenimiento, también llegaron la violencia y el crimen.
Se dice que los tiroteos y asesinatos eran tan comunes que la gente comenzó a considerar a Bodie un lugar peligroso y, en muchos aspectos, maldito. La caída de Bodie fue tan rápida como su ascenso. A principios del siglo XX, las minas comenzaron a agotarse y los residentes se mudaron en busca de nuevas oportunidades. Para la década de 1940, Bodie estaba prácticamente desierta, convertida en una ciudad fantasma. Aquí es donde comienzan a surgir las historias más escalofriantes.
Una de las leyendas más persistentes es la llamada «Maldición de Bodie». Se dice que cualquiera que se atreva a llevarse un objeto de la ciudad, por pequeño que sea, sufrirá una serie de infortunios hasta que el objeto sea devuelto. Esta creencia ha sido respaldada por numerosos testimonios de visitantes que afirman haber experimentado mala suerte después de llevarse algún «souvenir».

Un lugar particularmente notorio es la casa de James S. Cain, un destacado empresario de Bodie. Se dice que el espíritu de una mujer, posiblemente la esposa de Cain, ronda la casa, especialmente en la habitación de los niños.

La historia de Bodie es un recordatorio de los altibajos de la fiebre del oro y cómo las ciudades pueden surgir y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, lo que realmente distingue a Bodie son las leyendas y el misterio que la rodean, atrayendo a quienes buscan una experiencia única y, quizás, un encuentro con lo inexplicable. Visitar Bodie es como entrar en una cápsula del tiempo, una oportunidad para sentir la presencia del pasado y, quién sabe, tal vez incluso de aquellos que nunca se fueron.