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La celebración por la muerte de un conservador es el mensaje claro de normalizar el asesinato político

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(Un análisis desde la perspectiva Sociológica actual de EE.UU.)

Por Carlos Carballido ()

El asesinato de Charlie Kirk no quedó reducido a una tragedia personal ni a un atentado aislado…. Lo que debería haber generado un mínimo consenso moral —condenar la muerte violenta de un ciudadano— se transformó en un ritual político con cientos de miles de mensajes en redes celebrando su muerte, presentándola como justicia poética que se está convirtiendo en una especie de purga necesaria o una victoria de un bando sobre otro.

El crimen ya dejó de ser crimen para convertirse en símbolo. Y en sociología, eso es un signo de que una sociedad cruza un umbral peligroso.

El fenómeno encaja con un patrón clásico: la deshumanización del adversario político …. Kirk dejó de ser un hombre con ideas cuestionables para muchos y pasó a ser el “enemigo absoluto”, el “fascista” cuya eliminación merece festejo.

Lo que René Girard definió como el chivo expiatorio a nivel social se está materializando: la tensión social se descarga en la muerte de aquel que encarna lo que un sector odia. ….El “enemigo conservador” fue sacrificado y el ritual digital confirmó que la violencia ya no se percibe como excepción, sino como alivio.

Guerra Civil fría, digital

La reacción posterior al asesinato muestra que Estados Unidos ya no vive un debate político normal, sino una guerra civil fría en un escenario digital… pero solo por ahora. En este escenario, el adversario ya no es visto como un rival legítimo, sino como una amenaza existencial que debe ser neutralizada con la sangre si es preciso

Que multitudes sigan celebrando una ejecución extrajudicial y en público —sin juicio, sin defensa, sin piedad— revela la erosión del tan cacareado consenso democrático en la ya resquebrajada Nación de Libertad…. La política se ESTÁ DISOLVIENDO en tribalismo, donde la eliminación FISICA del otro es más valorada que la discusión con el otro.

Lo que está ocurriendo no es casual ni fortuito. Viene desde que las ideas del progresismo radical tomaron por asalto las instituciones, el periodismo, la política y las redes sociales y hoy con la muerte de Charlie Kirk nos permite ver la fractura completa:

Para la tribu progresista, Kirk representaba la opresión y su muerte equivale a una “justicia social”.

Para los conservadores, se trata de un mártir, víctima de la persecución ideológica porque no hay otra manera de poder justificarlo. Solo que esta vez se ha pasado del asesinato mediático al asesinato real con una bala en el cuello, disparada por alguien que aún no está claro de cómo pudo hacerlo.

Narrativas irreconciliables

Dos legitimidades enfrentadas, dos narrativas irreconciliables, sin árbitro común ni marco moral compartido. El Estado, los medios y la academia ya no logran sostener un consenso y reflejan su miedo en relatos que no se sostienen en la lógica y el raciocinio humanos, permitiendo sin mediación cada bando construya su propia moral.

La sociología advierte que cuando la muerte política se celebra masivamente, la violencia deja de ser anomalía y pasa a ser opción aceptable. Así ocurrió en Weimar, en los Balcanes y en toda sociedad que se deslizó hacia el conflicto abierto.

El asesinato de un líder secundario, como Kirk, funciona como globo de ensayo: ¿tolerará la sociedad la eliminación del adversario? La respuesta, vista en redes, fue afirmativa. Y eso abre la puerta a un ciclo de represalias y a una espiral de violencia estructural.

El tiro que mató a Charlie Kirk también perforó la delgada línea que separaba la guerra cultural retórica de la violencia política real y que ha estado atizado por un partido en específico que -en la era de Obama- intensifico este tipo de ideología anti conservadora.

El aplauso más alarmante que el crimen

El aplauso por la muerte de Charlie Kirk es mucho más alarmante que el crimen mismo: significa que parte de la sociedad ya acepta, incluso celebra, que el adversario sea eliminado básicamente, a la luz pública y con total legitimidad.

Desde una perspectiva central, esto indica que Estados Unidos ha entrado en un umbral preinsurreccional… cuando el asesinato político deja de escandalizar y empieza a ser festejado y cuando el otro lado aun apela a la paz y el consenso sin resultado alguno, la Republica Americana ya no es terreno común, sino campo de batalla.

El mensaje se ha dado. Si eres conservador o sencillamente no estas de acuerdo con el relato progresista, una bala se ocupará no solo de llevarte al cementerio, sino a doblegar a los que piensen diferente porque la Ley es floja, con trampas constitucionales… defendiendo la libertad de los LIBERTICIDAS y con otorgamiento de derechos a quienes cometen ESTE TIPO ejecuciones públicas justicando el odio y la aberración moral.

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