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La basura de Lezama Lima

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Por Humberto Nansen Tápanes ()

La Habana.- En esperanzas y felicidades casi todos los humanos somos unánimes; no así, parece, en los horrores que nos afectan. Por alguna razón misteriosa hay algunos horrores que nos movilizan más que otros.

Después de tantos días viendo lo que ocurre en Cuba a propósito del ‘horror’ de una cierta compañía telefónica -y su desmedida subida de precios-, he visto en la Red esta foto de la casa-museo del poeta habanero José Lezama Lima. Está en la calle Trocadero en Centro Habana; esa Habana del Centro -de todos los centros místicos y herméticos- que, con gozo, Lezama habitó en vida. Y quisiera pensar que también después de muerto….

Hoy, como en casi toda la Habana, frente a la casa de Lezama hay un inmenso basurero. Y debo reconocer que me he horrorizado. !Qué diferencia de actitudes, me digo…! De un lado: un poeta, un escritor empeñado en transmutar, para sí y para los demás, la realidad en palabras significantes. Del otro: un Poder sin carisma y sin hegemonía, un discurso mono-lógico empecinado en salvarse como élite dominante. Aunque tenga que conducir a la Nación a un seguro naufragio.

Todo trnasformado

Lezama transformó el caos que lo habitaba -también caos republicano- en cierto orden, cierta lógica más allá de los dualismos. También belleza que no reniega de lo feo, lo bestial y lo monstruoso…y muchos deseos de vivir a plenitud. Para mí, eso es más que nada la obra de Lezama.

Estos personajes que ‘dirigen’ Cuba han transformado el orden de una ciudad como la Habana, y, en general, el de la Nación, en un caos. Sin embargo, no es aquel caos de la complejidad y su pulsión de vida, sino en un Infierno caótico -y no vacío- como le gustaba decir a Lezama siguiendo ciertas ideas herejes de la Edad Media: un infierno habitado por los cubanos…

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