La Habana.- Recuerden que yo soy un tipo burgués, superficial y antideportivo, para quien un hombre grande y sudado, que ha hecho de la meta de su vida empujar más duro que otro hombre muy sudado, amelcochándose ambos en la cochambre, no pasa de ser una curiosidad, cuando mejor.
Cuando Mijaín entra en el colchón, es un zombie, una mole inexpresiva con la mirada perdida. La vista, entendemos, no es un sentido importante para la lucha. El tacto y el equilibrio lo son todo. Cuando sale, es otro. Mijaín no es una bestia de carga, cumpliendo ciegamente las órdenes del amo. Mijaín es inteligente. Su mirada cambia, los armónicos de su voz son los de un hombre seguro de lo que hace, y que ha tenido tiempo para analizar y elegir lo que va a decir, hacer, y esconder. Su especialidad, no obstante, es engañar con la presión y la gravedad. Cuando va a engañar con la mirada, titubea.
Mijaín López, miembro del Partido y Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el colchón defendía a Cuba, y afuera, a Ellos. Ahora, ya no volverá al colchón. Ahora, ya no hay un «pero».
Belleza y elegancia, si no, ¿para qué? ¿Podemos hablar mejor del voleibol? Más exactamente, del equipo de voleibol femenino de Turquía.
Donde la jugadora más importante nació en Cienfuegos. Melissa Vargas, 1999, nació para ser una Espectacular Morena del Caribe. Aquí les copio un fragmento de su artículo en la Wikipedia, que explica muy brevemente los azares del destino.
«Vargas played for the Cuban national team at the 2014 FIVB Women’s World Championship, 2015 FIVB Women’s World Cup, and in three editions of the FIVB World Grand Prix.
In 2016, after suffering a shoulder injury while playing for a club team in the Czech Republic, Vargas returned to Cuba for treatment. After finding Cuban facilities lacking, she sought treatment elsewhere, at which point the Cuban Federation imposed a four-year ban on Vargas for what they described as «insulting and undisciplined attitudes toward her country»».
Y ahora, traducimos al cubano el fragmento. Traducir al cubano es un arte.
«A los 15 años, Vargas era como una supermodelo con los reflejos de un piloto de combate, y estaba haciendo el Cuba y viajando el mundo. Tenía, además, un contrato con un equipo de la República Checa. Feliz, porque cuando te permiten firmar con un equipo extranjero ya eres una esclava de lujo, y la alternativa es nacer y morir de maestra de Educación Física en Cienfuegos. A los 17 ya había pagado con creces su entrenamiento, y generaba dinero. A esa edad se jodió un hombro, y lógicamente, volvió a Cuba.
Cuando vio el hospital cubano, giró 180 y se quiso ir a atender con su dinero al hospital checo. Pobre Melissa, si viera el hospital cubano ahora…
Inocentemente, le comunicó su decisión a las autoridades. Y ahí chocó con la realidad.
«¿Que te vas a ir a atender a dónde? ¿Quién tú te crees que eres? ¿Después de todo lo que la Revolución ha hecho por tí? ¿Te crees que vas a ir a ensuciar el nombre de Cuba por el mundo? ¿Te crees que te lo vamos a permitir?».
La barriga del gordo detrás del buró. O la gorda, no sabemos. El manotazo en la superficie, como un cuño en una sentencia. El buró es un arma que siempre será utilizada en tu contra. Al que está detrás no le importa el dinero, no le importa el rendimiento, no le importa el futuro. Lo único que le importa es que Melissa entienda quién es el dueño, y quién el amo.
Melissa se queda en silencio. En ninguna mente saludable cabe semejante despliegue de imbécil prepotencia. Con grave asombro comprendió lo que había sido hasta ahora, y lo que sería toda su vida. En esta noche de sus ojos mortales, a la que ahora descendía, la aguardaban también el amor y el riesgo, y el rumor de las Odiseas e Ilíadas que era su destino cantar.
A diferencia de la novela turca, donde una mujer espectacular llora y se desvive por lo que piense un socotroco machista con un bigote, esta historia da un vuelco.
Melissa fue a atenderse en el hospital checo, y cuando regresó la castigaron por cuatro años. Y ahí cruzó al mar. Fue a dar a Suiza. Jugó una temporada, y la transfirieron a Turquía. En el 2021, el mismísimo Recep Tayyip Erdoğan le entregó, con sus propias manos, el carnet de identidad turco. Cualquier cosa, con tal de que se quede.»
No se crean que Turquía es el país de cuentos de hadas que nos venden en las novelas. Hasta el final de la Primera Guerra Mundial fue el Imperio Otomano, fundado por Osmán donde antes estuviera el Imperio Bizantino, en lo que una vez fuera Tracia. El equipo de Melissa radica en Istanbul o Estanbul, que otrora llamose Constantinopolis o Constantinopla, y fue fundada aún antes como Byzàntion o Bizancio, sobre lo que fue Lygos en tiempos de los que no hay memoria.
Vaya, para más datos, Troya estaba en Turquía. Aquello tiene ahí un carajal de años, y siempre han sido imperiales, racistas, xenófobos, homófobos y machistas. El presidente Erdoğan ya lleva ahí demasiado tiempo como para uno sentirse cómodo con él, y en ese tiempo se ha dedicado minuciosamente a intentar reconstruir el Imperio Otomano de antaño.
¿Porqué recogen a una mulata cubana refugiada y con tremendo orgullo le dan el pasaporte de la media luna y la estrella?
Primero, porque el racismo allá es una cosa difícil de entender para nosotros. Allá pueden distinguir fácilmente a un georgiano de un armenio, y querer a uno y odiar a otro, donde nosotros sólo veríamos la misma gente con las cejas muy gordas y muy juntas, cuidando ovejas.
Segundo, que Turquía un día miró a sus vecinos y se preocupó. Siria, Irán, Iraq, Armenia, Azerbaiyán. Un poco más para allá, Afaganistán, Pakistán, y Todos Los Demas Stán. Candela. Por acá, Grecia, Bulgaria y el resto de Europa. Los turcos no se lo pensaron dos veces.
– Nosotros somos de este piquete de acá, no del de allá.
– ¿Que qué? ¿Que uste’es qué? ¿Uste’es nos van a dejar quemáo aquí?
– Que sí, que nosotros somos europeos de toda la vida. Chao. Afeítense.
Y se metieron en el papel, de lleno.
Ahora Estambul es la ciudad más visitada del mundo por el turismo, se sabe que Erdoğan es un dictador pero en la ONU a nadie le importa, se unieron a la OTAN, están haciendo la fuerza para entrar en la Unión Europea, tienen un día del Orgullo Gay, no tienen que taparse la cabeza, y Turquía produce novelas por una tubería.
Melissa Vargas, con un saque récord de 112km/h y un bloqueo de 3.15 metros, dejó esto quemáo y se fue a ser una Espectacular Morena del Egeo. Le gorde del buró, a quien seguramente felicitaron por su muestra de patriotismo e intransigencia revolucionaria, también seguramente entregó el carné del Partido para coger la ciudadanía española.
Mijaín dejó de ser esclavo e inteligentemente se volvió mayoral. Y Cuba no tiene equipo de voleibol.
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