Por Pucho Oroza ()
Varadero.- En mayo de 1988, un jugador delgado, quinceañero, debutaba con la selección cubana de volly. Era el comienzo de una carrera que lo llevó a ser uno de los mejores centrales del mundo, capitán del equipo Cuba y un trotamundos de este deporte. El mítico número 14, el gran Ihosvany Hernández.
Trece años vistió la camiseta de la selección nacional, en la prodigiosa década de los noventa, la que vivió sus mejores tiempos en este deporte. El equipo masculino, en menos invencible que el femenino pero con un rendimiento más que estable y de batirse, tú por tú, contra los mejores equipos del mundo, capaces de abarrotar el Coliseo de la Ciudad Deportiva, en aquellas inolvidables y mágicas noches.
Hernández participó en tres Juegos Olímpicos, en los que alcanzaron 4to, 6to y 7mo lugares en Barcelona, Atlanta y Sydney, respectivamente. Medalla de Oro en la Copa del Mundo de 1989, Liga Mundial de 1998, Juegos Panamericanos de la Habana 1991, Winnipeg 1999 y los Juegos Centroamericanos de 1998, así como Torneo Grandes Campeones 2001.
Medalla de Plata en el Campeonato del Mundo de Brasil 1990, Copa del Mundo 1991, Ligas Mundiales de 1992, 94, 97 y 99. Y fue bronceado en el Campeonato Mundial de 1998, Torneo de Grandes Campeones Japón 1997 y en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995.
En 2001, junto a otros compañeros de equipo, decidió emigrar, ante la cancelación por parte de la Federación Cubana, de la posibilidad de cumplir sus contratos internacionales con sus respectivos clubes. Ahí comenzaría una etapa en la que ganó en lo deportivo pero lejos de los suyos.
Fue parte, a nivel de clubes de los equipos, Piemonte (1998-1999), Roma (1999-2000), Parma (2003-2004), Caribes de San Sebastián (2004), Taranto (2004-2005), API Verona (2005-2006), Fenerbahçe (2006-2007), Asseco Resovia (2007-2009 ), Tomis Costanza (2009-2010) y Buenos Aires Unidos (2010-2012). Ganando varios títulos y reconocimientos.
Ihosvany Hernández es uno de los mejores jugadores cubanos de todos los tiempos, con sus 2.06 m se convirtió en un bloqueador y atacador central excepcional, de talla mundial. Hoy radica en los Estados Unidos y aunque en una de sus entrevistas dijera que ya no juega ni dominó, es tiempo de agradecer por toda la gloria y alegrías entregadas a la fanaticada cubana. Un bloqueo a dos manos al olvido. ‘Gracias por todo Campeón!
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