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HOY EN LA HISTORIA: 104 AÑOS DEL NACIMIENTO DE BENJAMIN B. FERENCZ

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Por José Walter Mondelo
La Habana.- Se cumplen hoy 104 años del nacimiento de uno de los juristas más influyentes del siglo XX: el fiscal de los juicios de Nüremberg, Benjamin B. Ferencz.
Dedicó su vida a crear un sistema internacional de justicia que proteja el derecho de todos a vivir en paz y con dignidad. Como investigador de delitos de guerra y fiscal de Nuremberg, investigó y procesó los delitos cometidos por los nazis. En 1947, procesó con éxito a 22 oficiales de las Einsatzgruppen en Nuremberg, en lo que la Associated Press calificó como “el juicio por asesinato más importante de la historia”.
Ferencz procesó a 22 oficiales de las SS que habían servido en las Einsatzgruppen, acusándolos de delitos de guerra y contra la humanidad por su participación en el asesinato de más de un millón de víctimas. En su declaración inicial, Ferencz dijo:
«La venganza no es nuestro objetivo, ni buscamos simplemente una justa retribución. Le pedimos a este tribunal que afirme, mediante una acción penal internacional, el derecho del hombre a vivir en paz y con dignidad, independientemente de su raza o credo. El caso que presentamos es una súplica de la humanidad a la ley.»
Una vez finalizados los juicios de Nuremberg, Ferencz luchó por la indemnización de las víctimas y los sobrevivientes del Holocausto, la devolución de los bienes robados y otras formas de indemnización para quienes habían sufrido a manos de los nazis.
A partir de 1970, Ferencz trabajó incansablemente para promover el desarrollo de mecanismos internacionales para proscribir y castigar la guerra de agresión y los delitos de genocidio, los delitos contra la humanidad y los delitos de guerra, y el establecimiento de un sistema internacional de justicia penal que, en su opinión, era esencial para la paz mundial. “Ley, no guerra”, se convirtió en su lema. Sus esfuerzos contribuyeron al establecimiento del Tribunal Penal Internacional y al reconocimiento de la agresión como un delito internacional.
«Nuremberg me enseñó que la creación de un mundo de tolerancia y compasión sería una larga y ardua tarea. También aprendí que, si no nos dedicábamos a desarrollar leyes mundiales eficaces, la misma mentalidad cruel que hizo posible el Holocausto podría algún día destruir a toda la humanidad.»
A través de numerosos libros y artículos, e incansables iniciativas ante los funcionarios de la ONU y la comunidad jurídica internacional, impulsó la creación de un código penal internacional y un tribunal permanente para juzgar los delitos internacionales. Alcanzó el éxito de ambas iniciativas en 1998, cuando los estados miembros de la ONU aprobaron el Estatuto de Roma sobre el Tribunal Penal Internacional. Este estatuto estableció el Tribunal Penal Internacional y definió los delitos que estarían dentro de su jurisdicción, específicamente el genocidio, los delitos contra la humanidad y los delitos de guerra. En 2018 Ferencz logró su objetivo de proscribir la guerra, ya que el delito de agresión pasó a ser jurisdicción del Tribunal Penal Internacional.
El tribunal comenzó a funcionar en 2002. En su primer juicio, los fiscales invitaron a Ferencz a dar la declaración de cierre. “Lo que hace que este Tribunal sea tan distintivo”, dijo Ferencz, “es su objetivo principal de disuadir los delitos antes de que se cometan, al hacer saber a los infractores por adelantado que serán llamados a rendir cuentas ante un Tribunal Penal Internacional imparcial. La ley ya no puede permanecer en silencio, sino que debe escucharse y aplicarse para proteger los derechos fundamentales de las personas en todas partes”.

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