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Por Alden Gonzalez Díaz ()
Santiago de Cuba.- Hace ya muchos años, Diego Manrique, que es uno de los periodistas musicales más importantes de la lengua hispana en su historia reciente, contó en un artículo sobre Compay Segundo que un alto funcionario cultural cubano de los años 90 le dijo lo siguiente: “No entiendo qué ven los españoles en ese matusalén. Cuando ustedes tienen a artistas de verdad, como Julio Iglesias”.
Manrique no dijo en su artículo el nombre del funcionario, pero no hace mucha falta, pudo haber sido cualquiera.
Al final cualquier promotor sensato de nuestras raíces musicales conoce algún funcionario así. Por otra parte lo de «la mentira maldita» pudo haber sido dicho también por Willy Monte, Alfredo Valle, Falide o Tamayito.
Asociar a Compay con Matusalén y al Buena Vista Social Club con una mentira maldita resume una realidad. Una realidad con la que le ha tocado lidiar a nuestras tradiciones musicales. El ninguneo institucional y la tirria-irrespeto-desconocimiento de las nuevas generaciones de músicos populares cubanos.
Esa nefasta combinación tiene un peso importante en la multiplicidad de factores que hace que nuestras tradiciones estén padeciendo un cáncer terminal.
Por lo tanto sugiero cautela en el optimismo con el NPR Tiny Desk de Bad Bunny. Que sí, en la práctica está plagado de son y bolero y eso es de agradecer. Pues además en lo personal ostento ese sentimiento Caribe que ya no es tan común entre los cubanos (y que al parecer ya no lo será más); pero que en Cuba no va a tener repercusión masiva. No va a pasar nada aquí con ese Tiny Desk Concert.
En Cuba lo que toca desde hace rato hasta un indescifrable tiempo futuro es guarachar con el «Koprohfaguitoh» de turno. Lo mismo en el círculo infantil que en el hogar de ancianos.
Ahora bien, Bad Bunny reafirma lo que algunos ya sabíamos: internacional, global, «palo por la cara» y genialidad es el ‘Chan Chan’. Te guste o no, músico petulante armónico que le has entregado en bandeja el público bailador cubano a los reparteros. Te guste o no, funcionario.