Incluyo traducciones exactas de las tres frases para amigos que me lean desde otros países y puedan comprender mejor.
I include exact translations of the three phrases so mmy friends from abroad can better understand it.
Atlanta.- Los que aún soñamos con ideas socialistas tenemos que entender de una vez que el hombre no está listo para ese proyecto y quizás nunca lo esté. Por más que nos duela esta verdad, la realidad es tajante.
La idea de una sociedad justa y opuesta a la marcada sociedad de consumo siempre ha sido un sueño de idealistas que tuvo sus altibajos en algunos momentos de la historia y que hoy, tras encarcelamientos injustos, éxodos masivos, crisis económicas y fraudes por el poder va llegando a su final. A partir de este entonces y como resultado de la pérdida de credibilidad de un sistema que se autoproclama “más justo”, asistiremos a un aumento de actos de injusticia y de imposiciones sin consenso por parte de un poder con miedo a perder sus prebendas y como consecuencia, llevar a la especie a enfrentar a su mayor depredador: al mismo hombre inconsecuente.
¿Y cómo muere ese sueño en dónde posiblemente más lejos llegó?
Luego de políticas erradas que nos dejaron con una enorme deuda y luego de la misma caída de sistemas similares que nos apoyaron por décadas, en Cuba comenzó la implantación de poder a toda costa y sin medias tintas. Un censo en donde desaparece casi un millón de personas debería decirle a las altas esferas que se haga a un lado en favor de los más afectados, como dictan los principios de decencia y altruismo, pero al parecer la frase de que “el poder corrompe” se impone. El altruismo sigue siendo la base de cualquier sociedad justa pero muere cuando un Partido, una ideología o una doctrina prevalecen por sobre los deseos de la mayoría.
¿Cuáles son las frases que explican el final?
Frase número uno:
En el caso de la isla, luego de los actos del 11 de julio el poder se vio golpeado en sus mismas esencias y lanzó una primera frase que desató un posterior éxodo (nótese que se registra el comienzo del éxodo en octubre del 2021): “Las calles son de los revolucionarios” (“The Streets belong to those who support the revolution”)
Esta frase asegura que para prosperar dentro del país el ciudadano tiene que apoyar un sistema en el que quizás no crea y por consiguiente ir en contra de sus propias convicciones, es decir, no puede oponerse ni siquiera proponer cambios, si no vienen dentro de un Partido, aunque ese Partido venga errado en sus mismas esencias y ni siquiera represente a un 10 por ciento de la población. En otras palabras: el Partido es capaz de hundir el barco y garantizar que los tripulantes se mantengan adentro.
Frase número dos:
Como garantías de que el sistema impuesto a capricho por un grupo no va a desaparecer en manos de la democracia soñada desde la época romana, aparece una frase digna de cualquier dictadura o represión (y creo usar el término por primera vez) “La Constitución no puede trazarle directrices al Partido” (“The Constitution cannot set forth the guidelines for the Party”).
No hay nada más claro para quienes aún no han comprendido que por más intentos que se haga, el Partido –de un grupo- está por encima de los sueños de igualdad, justicia y derechos igualmente soñados por milenios.
Frase número tres:
De la misma forma, luego de implantar una doctrina y una ideología literalmente incuestionable, la Presidencia se da al gusto de gritar a toda voz y ante el mundo que “El País avanza y eso les duele”. (“The country is progressing and that is uncomfortable for some”).
Es decir, a pesar de tener una de las inflaciones más graves de la historia mundial, a pesar de no poder garantizar el acceso ni a los insumos de la canasta de justicia igualitaria a pesar de haber destruido industrias y no producir absolutamente nada e importarlo todo, la decencia de la Presidencia entiende que puede gritar esta frase solo para confundir a la opinión mundial. ¿Y por qué? porque lo que importa no es la verdad del pueblo sino la versión de que el Sistema sustentado en el partido funciona.
La historia es aplastante y por más que se imponga la fuerza a la razón en algún momento no muy lejano, estas tres frases serán suficientes para cuestionarse la posibilidad de seguir buscando un sistema alternativo al actual en donde predomina el mercado. La justeza, el decoro, el altruismo, la nobleza del hombre y la equidad con las que alguien pueda soñar, van descubriendo hoy que el socialismo vivido por esta época, lejos de acercarnos a esos sueños de ofertar mejoras, nos distancian cada día más de ellos y cercenan posibles intentos futuros de sistemas similares.
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