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Fernández Bulté y su teoría sobre los partidos

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Por Ramón García Guerra ()

La Habana.- Cuando me hablan de sustituir al Partido Comunista cubano por un sistema de partido me trae la memoria de vueltas al difunto Julio Fernández Bulté, jurista y filósofo cubano.

«Durante más de seis décadas, –me dijo Bulté en 1991– el Estado cubano no encontró otra fuerza que se le opusiera que no fuera su propia voluntad.»

(Bulté se refería al Estado, aclaro, que se sabe es algo más que un Gobierno.)

También se sabe que el Estado es un dispositivo que responde a un sistema de dominación de la sociedad. Entonces no es sólo el Partido, ni es el Gobierno, ni son los cuerpos armados; son todos ellos, que es algo más complejo.

Entiendo que desde una visión democrática liberal se piense en dar una solución a ese dilema y que se proponga crear un sistema de partidos que se disputen la preferencia de un sujeto soberano, que es el pueblo.

Según mí opinión, en el caso cubano esa no sería la solución, puesto que el asunto no se reduce a la existencia o no de un Estado de derecho –léase, un sistema basado en reglas.

Siempre habrá dudas

El estado de fractura de la sociedad ha afectado la capacidad de agencia de la misma. Explica eso porqué la figura de un Partido por encima de la sociedad no se sostenga sin la existencia de una sociedad adjetivada al Estado y unos cuerpos armados al servicio de este último.

Decía un compa, que si con un partido hemos tenido tantos problemas, cuántos no tendríamos con dos partidos. Parece un chiste, pero es ese el dilema del bipartidismo en un montón de democracias en el mundo.

La cuestión se resolvería, creo yo, con un sistema político que reconozca la autonomía de colectivos y comunidades.

Creemos que ese tipo de anclaje de la política en la sociedad, volviendo al joven Marx, haría que podamos hablar del estado político de la sociedad civil cubana.

Pienso que confiar a un partido o un sistema de partidos (esto no quiere decir que éstos no deben de existir) la capacidad de agencia de una sociedad es optar por un suicidio colectivo.

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