Enter your email address below and subscribe to our newsletter

FALCÓN 900, TORRE K Y EL ISDI

Comparte esta noticia

Por Yoel Arias Hernández ()

La Habana.- Me tentó agregarle al título la palabra «prioridades». Confieso que me puso a prueba, me dije: «qué más da si lo vas a decir dentro del texto». Así fue, establecí una lista de prioridades sin llamarlas por su nombre.

Pude haber escrito, medicinas, comida, derechos, oxígeno, libertad, transporte o recogida de basura, en vez de ISDI, pero asumí que al utilizar las siglas de la última desidia el mensaje llegaría.

Qué difícil se hace escribir una crónica actual que contenga alguna alegría real, aunque sea una pequeña, efímera, perecedera. Son tiempos duros y estos días iniciales de enero 2025 no han traído más que noticias fulísimas.

Accidentes masivos uno detrás del otro. Como si fuese una competencia, cada día amanece con una noticia más truculenta que el anterior, como si de una siniestra emulación se tratase. Una explosión en almacenes subterráneos, túneles, como los conoce la población, en la zona oriental del país, enlutó muchas familias holguineras y a Cuba toda. El tratamiento del tema, oficialmente, al estilo opaco de Saratoga o la Base de Supertanqueros de Matanzas. Una buena dosis de tristeza iniciando el año.

Los problemas del transporte a nivel nacional, conocidos por todos, unidos al resto de las escaseces materiales y morales traen consigo consecuencias nefastas. El trasiego incesante de viajeros de oriente a occidente, y viceversa, hace su agosto (en cualquier fecha del año que sea) entre los transportistas.

Vehículos remendados y vueltos a remendar, sin importar lo que diga la matrícula (chapa, en buen cubano) con severas deficiencias, cruzan el país de este a oeste, y de regreso, muchas veces lo único que impide que sea de inmediato son las reglas del ministerio de Transporte que les recoge la circulación de los vehículos para impedir que regresen a las carreteras sin descansar.

No siempre es inmune ese trámite al soborno. Las más de las veces es la disponibilidad de combustible para regresar lo que ancla a los choferes. Sumémosle el estado vial en todo el territorio nacional, la inexistencia del tramo Taguasco-Guantánamo de la autopista y la obligatoriedad de transitar por la centenaria y estrecha Carretera Central.

Sin que esto fuese causa suficiente nos queda el afán de ganancias que hace que, llegar antes, para regresar primero convierta a los conductores en muchos Fangios campeando por sus respetos por todos esos trillos llamados carreteras. Es de esperar que continúen las malas noticias de esa índole. Alguien propuso utilizar el más caro y menos frecuente transporte aéreo o intentar bajarles la frecuencia a los viajes interprovinciales si no es por alguna causa mayor.

Esto del transporte aéreo dejó diciembre con malas noticias, no por accidentes de aviones, gracias a Dios, si no por su poca disponibilidad, entre aeronaves sin piezas y la sempiterna falta de combustibles es casi imposible embarcarse por esa vía.

Seguro estoy de que la aviación está afectada en todas sus variantes a nivel nacional. Lo mismo da un Dromedario o un An24 para fumigar en la agricultura, que los aviones militares (de transporte y de combate), por eso no se le ve a ninguno, ni sobre los pocos campos cultivados ni en función de ciertos ejercicios militares.

Enero sigue con su carga de tristes noticias, la agricultura en el piso, los precios del agro por los cielos y la esperanza de un vuelco significativo más perdida que el alprazolam, ya triste de por si (de ese y de casi todos los fármacos controlados).

Se juntan en enero noticias contradictorias que generan malestar, la tristeza y el enojo son malestares comunes sobre todo si en el coctel de inicio de año tenemos ingredientes tan contrastantes como los que dan título a estas letras.

Inauguración de la Torre K con la carga de significado que conllevó su construcción (en el peor momento del país). La adquisición por la presidencia de la nación de un avión Falcon 900 para el traslado de DC, al costo de 10 millones de dólares y un vuelto (seguro para no seguir pidiendo botella en aeronaves prestadas).

El derrumbe de buena parte del fondo del ISDI, que hacía tiempo había sido vaciado y su personal docente y estudiantil esparcido cual diáspora hebrea por la geografía habanera (desconocía que este edificio estuviese ligado al insigne Finlay y su obra científica).

Sacar conclusiones sobre el tema PRIORIDADES en un escenario como este inicio de 2025 es muy triste. Si encima hacemos comparaciones de adónde van a parar los dineros de las arcas «las lágrimas se me salen».

Estos son solo unos «lodos» traídos por aquellas aguas de la aprobación unánime de presupuestos del estado desde hace unos cuantos años atrás. De la falta de visión en el control de gastos e inversiones a los que la Contraloría no le presta atención y a los otros que no le «permite» la ley hacerlo, también hubo aporte a estos lodos.

Para rematar tristezas dejo, como plato fuerte, un proceso que conmocionó a toda la nación. Demostrando que sanar las heridas al interior de la ciudadanía no está en las prioridades de los mandantes, la excarcelación (que no liberación) de una cifra ínfima de presos políticos trajo sentimientos encontrados.

De la alegría inicial se pasó muy rápido al escepticismo y de ahí a la ansiedad y la incertidumbre al no brindar lista alguna de los posibles beneficiarios. La toma de posesión de Trump y su anulación de la reciente salida de Cuba de «aquella» lista, trajo más tristeza, al no entenderse que si el gesto era por el Jubileo católico se detuvieran las excarcelaciones una vez que hubo cambiado el inquilino de la Oficina Oval.

A su vez, el ambiente de las posibles deportaciones de nacionales, supuestamente protegidos por el programa del Parole Humanitario, ha traído angustia a un número no despreciable de familiares y amigos de los presuntos afectados por la medida emitida.

Otras medidas «ni siquiera emitidas» propiciaron un ambiente nada festivo a la casi totalidad del archipiélago, toda vez que afectaría radicalmente nuestro modus vivendi como lo conocemos.

Cese de vuelos a Cuba, impedimento de los beneficiarios de la Ley de Ajuste Cubano de regresar al país o la eliminación del envío de remesas puso de vuelta y media a buena parte de la población. Asumo que el gobierno también se asustó, pero como sus prioridades no son, ni por asomo, las mismas que las del pueblo, se les haya pasado más rápido que a nosotros.

Puede que usted, lector, tenga sus prioridades y no coincidan con las listadas aquí (o con su orden) le pido disculpas y sepa que no fue intencional, siéntase libre de establecer las suyas, que yo seguramente lo apoyaré.

¡31 de enero, por fa, acaba de llegar, mijo!

Deja un comentario