Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Yasser Sosa Tamayo ()

Santiago de Cuba.- Mi madre tiembla de fiebre.Sus manos se enfrían y el virus le escribe el mapa de la noche en la piel.

No fumigan. No limpian. Tampoco hay sueros. No les importamos.

Esa es la verdad que duele más que la fiebre.

Hablo de arbovirosis (dengue, Zika, oropouche y chikungunya) no de un rumor.

Hablo de mosquitos que no vienen solos: vienen con negligencia, con desperdicio, con la dejadez que el poder maquilla en estadísticas.

Las calles son criaderos.
Los basureros, montañas que fermentan a cielo abierto.
Los tragantes rebalsan agua pestilente como si la ciudad fuera una herida sin cuidado.

Los hospitales, pasillos de penuria: camas sin sábanas, sueros que no llegan, manos médicas cansadas y con la voz atada por la falta de recursos.

No es el mosquito el que decreta esto; es la indiferencia.

No es solo biología: es política.
Cuando la salud deja de ser prioridad, cuando la acción se convierte en palabra hueca, la muerte se vuelve paisaje cotidiano.

Miro a mi madre y la impotencia me prende fuego.

Mientras ellos hablan de planes desde oficinas con aire acondicionado, aquí los niños deliran, las madres suplican un analgésico, los ancianos se apagan sin expediente.

Eso no es destino: es abandono.

Exigimos ¡¡¡ y exigimos ya!!! medidas concretas

1. Fumigación inmediata y sostenida en barrios vulnerables.

2. Campañas urgentes de limpieza y saneamiento de basureros y tragantes.

3. Suministro prioritario de sueros, medicinas básicas y personal de salud.

4. Transparencia total en las cifras y registros locales de casos.

5. Responsabilidad pública: investigación y sanción a la negligencia institucional.

Si no actúan, que se sepa quién los dejó morir.

Si no responden, que la verdad los alcance en sus despachos.

Nosotros no pedimos permiso para exigir nuestra supervivencia.

Hablo por los que no pueden. Por las madres que vigilan fiebres. Por los cuerpos que se apagan sin noticia.

Esta denuncia no busca consuelo: exige justicia.

Porque el virus se llama arbovirosis (dengue, Zika, oropouche y chikungunya), pero la enfermedad más letal lleva otro nombre: ¡¡¡INDIFERENCIA!!!.

Comparte. Exige. No te calles.

Deja un comentario