ESTO ME HUELE A TRAICIÓN

Por Víctor Ovidio Artiles ()

Caibarién.- Aunque estoy bajísimo de carga, también el teléfono, debo socializar un tema preocupante. Después de tantos días de posponer la elaboración de los chícharos de la última versión de «los mandados» hoy se tomó la decisión de elaborarlos.

Craso error éste. Recuerdo el día en que los trajo la mensajera. Con ese dominio de la actividad que las caracteriza, enunció vehemente que era «de la reserva». Aquello se me grabó y no por ser imposible, qué sé yo…

Por cierto, ahora mientras escribo, pienso una vez más en lo únicos que somos. Los Mandados no existen en ningún otro lugar del mundo. Pero eso es tema de otra publicación. Decidimos democráticamente hacer los chícharos reservistas en el período más complicado, con el perdón de los otros períodos.

A la 1.00 comenzó la partecita verde de la tabla. Con el primer destello se conectó la olla multipropósito. Sin leer los carteles de los diferentes alimentos, se giró la perilla al máximo, por si era verdad lo de la reserva. El botón de la olla dio más vueltas que un cosmonauta en el espacio.

A las 4.00 expiró lo verde para pasar a la larga recta blanca del apagón. Tres horas de presión ablanda hasta el acero inoxidable pero a los chícharos no. ‘Son balas’, dijo mi esposa al tratar de aplastar algunos granos. El uso del lenguaje militar estaba condicionado por el comentario de la mensajera.

Al escuchar la historia pienso nuevamente en la señora de los mandados. Tiene sentido lo de la reserva pero…¿Reserva y reserva de guerra será lo mismo según ella? Porque, de ser así, las preocupaciones que me agobian son muchas.

¿Cuál sería el uso de los duros granos en caso de una guerra? ¿Proyectiles contra el enemigo? Tiene lógica. Lo que no tiene lógica es que sea para alimentar las tropas pues en las guerras no existen las ollas multipropósito y da lo mismo tomarse un potaje de estos chícharos que dispararse una ráfaga de AK por la boca. Me huele a traición algo.