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Por Anette Espinosa ()
La Habana.- El presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Esteban Lazo, cumplirá esta semana uno de los viajes que tienen planificados los dirigentes cada año, y se irá a Rusia, donde no resolverá nada, pero irá.
Lazo vuela este lunes a Moscú para presidir la comisión para la cooperación interparlamentaria con el titular de la Cámara Baja del Parlamento ruso, la conocida Duma de Estado, Viacheslav Volodin, y nada más.
Lazo irá por ir, para refrescar, recibir tratamiento protocolario, alojarse en algún hotel de lujo, intercambiar regalos, comprar algunas cosas, entre ellas los encargos de Raúl Castro, e intentar sacarle algo a los rusos, renuentes a apoyar al castrismo a cambio de nada.
La visita de lazo la anunció la semana anterior la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova, quien dijo que el casi senil Esteban Lazo visitaría Moscú invitado por el presidente de la Duma.
En Cuba no hay dinero para resolver los problemas del pueblo, pero sí para los viajes de los dirigentes, quienes no viajan solos aunque lo hagan en aerolíneas regulares, como en el caso de Lazo.
El presidente de la Asamblea Nacional y uno de los pocos sobrevivientes de las purgas castristas, irá acompañado por sus guardaespaldas, médico, asistente y equipo de prensa, porque no hay un dirigente cubano que viaje al extranjero sin prensa.
Los viajes de Díaz-Canel y Marrero son otra cosa. Cuando les toca a ellos y van en aviones fletados, las comitivas son enormes e incluyen pantristas, peluqueros, encargados de la ropa y hasta manicure, además de la prensa, la encargada de hacerles la pelota.
A su reciente viaje a África, Marrero voló en aerolínea regular, o al menos eso creemos, porque para ir del Congo a Namibia tuvo que volar a Etiopía, en cuya capital se encuentra uno de los nudos que enlazan la mayoría de las capitales africanas.
A otros lugares, el primer ministro ha viajado en aviones prestados de Venezuela o fletados a otras compañías y se ha hecho acompañar de un séquito numeroso.
Ahora, de la visita de lazo a Moscú nadie espera nada. Solo llegará a la capital rusa, se sentará con Volodin, hablarán de dos o tres cosas, luego presidirán la comisión parlamentaria, participará en algunas cenas y regresará a esta capital.
Así funciona el castrismo.
PD: Olvidaba algo: también colocará una ofrenda floral ante la estatua de Fidel Castro, porque en Cuba solo hay una piedra y es en Santiago, donde a él no lo pueden ver.