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Por MKC Cerralvo ()

Santa Clara. – Fui a comprar desodorante en una tienda que hasta ayer era MLC, y hoy, como por arte de magia, ya es en dólares. Solo cambiaron las siglas, porque los precios y los productos son los mismos.

Esto ha venido pasando subrepticiamente. Cierran una tienda por una supuesta reparación y, a los pocos días, la abren con los mismos repellos caídos, estantes y mobiliario oxidados, paredes mal pintadas, aires acondicionados rotos, salideros, goteras, los mismos productos o alguno que otro nuevo. Pero la diferencia —o la “reparación”— era llevarla de MLC a dólares.

Y hay algunas que ni eso: pasan de un día para otro a dólares sin ni siquiera embarajar [¿quizás «sin siquiera avisar»?].

No es de extrañar que el “modo oculto” sea siempre el modo predilecto de actuar del gobierno cuando sabe que está haciendo algo incorrecto o injusto.

Cuando pintan una escuela, reabren un campismo, reparan un equipo que llevaba años rotos en un hospital, ponen un bombillo en un parque, arranca una termoeléctrica, tapan un bache, arreglan un salidero o alguna de esas cosas que deberían ser habituales, le dan bombos y platillos: entrevistas, reportajes, visitas, inauguraciones y hasta va Bernardo Espinosa a pasear al lugar.

Pero cuando hay que subir un precio en una tarifa telefónica, convertir una tienda a MLC y luego a USD, desaparecer un producto de la supuesta canasta básica, pasar productos de primera necesidad a dólares, resolver problemas de algún derrumbe de viviendas y el mal estado de las edificaciones, explicar por qué ya ni receta médica dan, decirle a un jubilado —que ha trabajado toda una vida— cómo tiene que vivir con lo que se le paga, hacer mute [¿»silenciar»?] de los niveles de vida y privilegios que tiene la clase en el poder, y tantas barbaridades más…

Cambiar el gobierno

A esa hora, miran para otro lado, empiezan a hablar de cualquier guerra, del bloqueo, de que no hay democracia en EE.UU., de que si se descubrió agua en Marte… o cualquier cosa que desvíe la atención. O vuelven a darle un paseo a Bernardo por algún parque de paneles solares para decir que, con la inauguración de ese parque, se beneficiará el sector… y bla, bla, bla… lo mismo que han dicho desde que se inauguró el primero hace un año o más, y hoy estamos peor.

Solo se habla del problema si causó revuelo en las redes… si no, pasan página y ya.

El gobierno trabaja así: sin valor ni moral para decir lo que va a hacer, siempre que sea negativo. Como hoy me pasó con la tienda en MLC.

Pude ir a otra tienda, aún en MLC —que cada vez son menos—, y al preguntarles a los trabajadores si la iban a cambiar a USD, se encogieron de hombros y rieron. Cuando les pregunté cuándo sería, solo una amiga que lee lo que escribo me dijo: “Tú sabes que eso no se puede decir, ni nosotros lo sabemos”.

Así que, en este país, para los cambios negativos no hay fechas y mucho menos avisos. Hoy puede ser blanco, mañana negro, y no pasa nada.

Lo que sí estoy seguro que no va a ocurrir es que un día me despierte y mi salario ya no sea en CUP, sino en USD… Para que eso pase, primero hay que “cambiar el gobierno”.

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