Por Alden González Díaz
()Santiago de Cuba.- Ariel Cutiño es de los pocos, para no absolutizar, que en nuestras series nacionales de pelota tuvo protagonismo como pitcher, bateador y defensor. Fue campeón nacional y de selectiva con aporte real en cada rol y además lució «las cuatro letras» (aunque en equipos secundarios) en las dos etapas de su carrera.
Si Tele Rebelde, el canal deportivo, no funcionara como un canal provincial que se ve en toda Cuba, de Ariel Cutiño se hablaría mucho más.
El juego más relevante que abrió el Ariel Cutiño lanzador fue uno en el que Santiago derrotó dos carreras por una a Industriales en 1989, en la postemporada. Ese juego, decidido por un jonrón de Modesto Larduet a René Arocha, prácticamente le dio el campeonato a Santiago en detrimento de Industriales.
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De ese juego, al menos yo, más nunca he podido ver imagen alguna en la televisión cubana. Tampoco pude ver más nunca el fly que le cayó en la cabeza a Juan Padilla en la selectiva del 92.
Tampoco he vuelto a ver ni un fotograma de Roberto Almarales, el protagonista en pitcheo de la selectiva que le ganó Las Villas a Ciudad Habana en 1989.
Sí he visto muchas veces un documental basado en un out a Kindelán en un juego -equis juego- de un torneo que a la postre el equipo de Kindelán terminó ganando. De Rogelio García no he visto el documental.
Cualquier daño infligido a través del ninguneo por ese telecentro con alcance nacional es nimio en comparación con el escarnio a Rogelio García, el pinareño es la víctima principal de la sustitución irresponsable de imparcialidad por fanatismo.
Ojalá se enteren algún día, ojalá hagan algo reparador con ese pitcher (de los más grandes que ha dado Cuba) que se merece ser recordado de otra forma.
(La foto de Rogelio García tiene una explicación: no hay en Google ni en redes fotos de Ariel Cutiño)
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