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EN CUBA NO HAY ESPERANZA

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Mauricio de Miranda Parrondo
Cali.- Yo no sé si todos los cubanos somos conscientes de la terrible situación del país. Asumo que sí, sobre todo, quienes lo sufren a diario.
Y esto, que es una obviedad, no lo digo solo por la terrible escasez de alimentos y de bienes imprescindibles para la subsistencia más elemental; ni por los altos precios de bienes y servicios que llevan a que la mayor parte de la población no puede asegurar esa elemental subsistencia con los ingresos de su trabajo; ni por los problemas con el transporte que ya tienen varias décadas de antigüedad; ni por la nueva ola de apagones que tienen a gran parte de la población al borde de la desesperación.
Lo digo porque pareciera que -además de todo esto- el país va irremisiblemente al colapso ante el desmoronamiento de todo y cuando digo todo, es todo. Y en medio de ello, el aparato de propaganda, que responde a las orientaciones del Departamento Ideológico del CC del PCC, o ha perdido su asidero con la realidad o está formado por una partida de «insensibles» (palabrita que está tomando cuerpo casi delictivo a raíz del «affaire» Gil Fernández) y más que eso de incompetentes sin noción alguna de lo que es la política pero tampoco la vergüenza.
Hoy el sitio «Qva en directo» publicó en facebook una serie de recomendaciones para pasar felizmente los apagones leyendo o escribiendo a la luz de velas «porque gran parte de las grandes obras de la literatura universal se escribieron de esa forma» o algo todavía más absurdo en medio de las penalidades cotidianas de los cubanos: «preparar una cena romántica» con vino incluido para cuando la pareja llegara a la casa cansada. Pero ¿cómo es posible que a alguien se le ocurra sugerir esto en un país en el que no hay leche ni pan? ¿Dónde c… vive esa gente?
La reacción fue tal que horas después retiraron el post y ofrecieron una disculpa. Pero incluso en la disculpa se muestra el nivel de subestimación que esa gente tiene por el pueblo de Cuba, al decir que «la intención de la publicación era potenciar el espíritu de unidad familiar como muro de contención para enfrentar momentos tan difíciles» y que no deben dejarse «morir el amor y la esperanza, en medio de la oscuridad, sacar la luz que tenemos por dentro, y cultivarla a través de prácticas que de algún modo la modernidad nos ha arrebatado».
Para empezar, en Cuba hay cualquier cosa menos modernidad. No sé cuántos años hace que se construyeron las últimas carreteras, el servicio de comunicaciones es de los más atrasados y costosos del mundo, no existe internet en la mayor parte de las viviendas, los bueyes siguen siendo usados como fuerza de tracción en la mayor parte de los campos cubanos, y la lista puede seguir hasta rellenar infinidad de calamidades que muestran que el nuestro es un país MUY atrasado.
Pero ¿alguien en su sano juicio puede hablar de esperanza en Cuba? Como no sea la esperanza de que algo caiga del cielo, no veo posible que se pueda tener esperanzas cuando a diario vemos cómo el país se derrumba literalmente, porque se van sus jóvenes en masa, porque se caen edificios y casas, porque no hay pan, mi leche, ni comida suficiente, ni electricidad, ni suficiente agua en muchos lugares y mientras tanto la dirección política del país organiza marchas de las antorchas y luego otras de apoyo a Palestina.
¿Cuál puede ser la esperanza si vemos al gobierno equivocarse una y otra vez, adoptando medidas incorrectas y contraproducentes frente a los objetivos declarados? ¿Qué esperanza puede existir cuando observamos que cada día el país está peor? ¿Qué esperanza pueden generar unos dirigentes y unas instituciones petrificados en la inutilidad?
Por Dios, Cuba se está hundiendo, y pareciera que no existe plena consciencia de la gravedad de la situación y de sus implicaciones para la salud física y mental de la población. ¿Seremos capaces de sacudirnos de arriba a abajo? ¿Seremos capaces de dejar a un lado el miedo que aterroriza a muchos y exigir responsabilidades a quienes permanecen impávidos ante el desmoronamiento del país y se hacen llamar dirigentes? ¿Seremos capaces de exigir nuestro derecho a tomar decisiones que nos competen como soberanos según la constitución? Sinceramente, no nos quedan más alternativas y difícilmente caerán del cielo.

Un comentario

  1. Reenvié este excelente articulo a varios Chats y personas via WhatsAp pero no pudieron accesarlo o leerlo en sus teléfonos porque los teléfonos bloquean el sitio como «conexion no privada» que facilita robo de contraseñas y más. El sitio solo me es posible accasarlo via PC y hoy en día todos utilizan principalmente teléfonos.

    Es importante resolver este problema técnico del sitio para que el contenido circule por la nube y más personas puedan leer los textos!

    Felicitaciones por su labor.

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