Miami.- La casta gobernante del dios de Birán tiene poder absoluto y no está limitado por leyes u otros poderes, impone su voluntad al resto sin garantías, ni derechos. Con el dedo índice extendido se escogen gobernaturas y ministerios. Con el mismo dedo índice extendido se destituyen.
Hace más de mil 900 años, Tácito los describió con pocas palabras pero que lo dicen todo: hicieron un desierto y a eso lo llamaron paz.
Cuba es una tierra sedienta que cuando llueve en vez de tomar agua, se pudre. Por eso, me da lo mismo una invasión de precisión quirúrgica, una anexión, unas elecciones, un zafarrancho de combate, una tea incendiaria, el rabo de nube del indefinido o la toma de las calles por acción popular. Me viene bien cualquier saco, cualquiera es mi talla mientras queden cubanos que salvar.
Aunque vayan a las tribunas en Guantánamo porque aún esos están tan jodidos como los que no van, solo que de tanto deshumanizarlos olvidaron su condición humana. Y hasta los animales merecen respeto aunque en Cuba no existan -o no se ejecuten- las leyes de protección animal. Cuánto más un homo sapiens aunque desconozca su carácter individual, aunque no tenga aspiraciones, aunque sus aprendizajes y experiencias de vida estén tan distorsionados como la tiranía que los provoca.
Me viene bien cualquier cosa que signifique cesación del despótico teocrático de Birán. Terminación, límite, final, no más.
Post Views: 70