
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Jorge Sotero ()
La Habana.- El Castrismo, en ese afán constante de culpar a otros de todo lo que hacen mal, le tiene enfocados los cañones a El Toque por el precio de las monedas convertibles, sobre todo del dólar, que es lo único que le importa a ellos.
Según esa pléyade de economistas que han hundido a Cuba, y los voceros de turno, el referido medio especula con el precio de las monedas y, desde una computadora, lo han disparado para enterrar el peso cubano, que cada vez cae a límites más insospechados, pero hay otros escenarios que le dan la razón a El Toque y que, incluso, creen que se queda por debajo.
Durante años, un par de décadas digamos, hasta los economistas cubanos decían que se podía saber el precio del CUC -aquella moneda que equipararon al dólar- por el que tuviera la libra de carne de cerdo. No cualquier parte del referido animal, sino la de pierna. Por eso la moneda estadounidense y la pierna de cerdo estuvieron durante mucho tiempo en equivalencia: 25 pesos.
Un día, a los ilustres dirigentes cubanos se les ocurrió aquello del Reordenamiento. Fue una de las más catastróficas decisiones en la historia de lo que ellos llaman revolución, y a pesar de que el CUC dejó de ser referencia y poco después desapareció, la libra de carne de puerco también dejó de ser la referencia en cuanto al precio del dólar.
Ni un día aguantó el dólar la competencia del referido alimento, cuyo precio se disparó hasta límites insospechados. Cuando andaba por 280 pesos la libra, los más optimistas decían que era casi obligatorio que bajara, que solo se trataba de un problema coyuntural, una palabrita que los gobernantes hicieron suya para todo, incluso hasta para sus abultados abdómenes.
El dólar comenzó un proceso de escalada más o menos acelerado y se distanció del MLC, la moneda digital que el gobierno cubano creó para equipararlo, para que el pueblo depositara los dólares que recibía y fuera luego con una tarjeta a una tienda a que le robaran su dinero, con precios insostenibles e inexistentes en otros lugares del mundo.
Antes de seguir con el dólar y la carne de cerdo, quiero recordar que los precios de las tiendas en MLC no tienen equivalentes en ningún otro país del mundo. El detergente de una tienda cubana es más caro que en una tienda de lujo en Tokio, en Berlín, en Canberra o en Oslo. Y si tiene dudas, haga una búsqueda en internet y verá cómo hasta duplica Cuba los precios.
De vuelta al cerdo: la libra hace mucho rato que aventajó al dólar, incluso que duplicó su valor. Y no me refiero ya a la parte de la pierna, la más demandada siempre, sino a las costillas, al lomo, y hasta al chicharrón. Pero igual, tampoco se detuvo ahí, siguió creciendo y ya superó los mil pesos.
La víspera fui a Güines, un pueblo de Mayabque donde era fácil encontrar carde de cerdo a buen precio unos años atrás, o al menos eso creía yo. Fui con mi esposa, cuyos abuelos aún viven allí, y con mis hijos. Y, como siempre, pregunté por el precio de la carne de cerdo. No había en ninguna parte, y me recomendaron una mipyme, a la que no fui.
Al retorno, en San José, entré a otra Mipyme y cuando pregunté por el precio de dos paquetes de cuatro libras cada uno, me dijeron que ¡nueve mil! pesos cubanos, algo así como unos mil 12 pesos cada libra.
El dólar estaba la víspera, según El Toque, a 370 pesos cubanos, lo cual quiere decir que hubiera necesitado 2.73 dólares para comprar una libra de pierna de cerdo en la referida mipyme de San José de las Lajas, donde, según me dijeron, el referido producto es mucho más barato que en Katapulk, por ejemplo.
Tomando como referencia estos precios, me doy cuenta de que el dólar aún está bajo, de que va a seguir su acelerada carrera, y de que el cubano normal cada vez vivirá peor, porque no hay forma de pagar esas sumas por dólar o por alimentos, cuando el salario no excede de cinco mil pesos, en las mejores ocasiones, y las jubilaciones, incluso, son de poco más de mil 500.
¿Hasta dónde llegará la carne de cerdo? No lo sé, como tampoco sé el precio que tomará el dólar en una semana, un mes o un año. Lo que sí tengo claro es que continuará su ascenso indetenible, porque un país que no produce nada no tiene cómo sostener los precios, todo eso en medio de viajes -llamados recorridos- del presidente por el país para ver cómo las tierras siguen vacías, no hay petróleo para producir, y tampoco maquinarias.
El mandatario y sus acompañantes visitan lugares en los que a un productor u otro les va bien con cuatro vacas y tres hectáreas de frijoles y abogan por reproducir la experiencia, como si eso fuera a resolver los problemas de dinero y alimentos que tiene el país.
Es de tontos pensar que de esa forma se resolverán los problemas de Cubas, pero eso ha sido lo que ha visto el Hombre de la Limonada durante toda su vida de dirigente, que no es tan larga como la de Raúl Castro, pero ya es extensa, porque hay que recordar que dirigió la UJC en Villa Clara, luego el Partido, lo mismo que hizo en Holguín, y después fue ministro de Educación Superior y también vicepresidente, hasta que le entregaron la papa caliente de, supuestamente, decidir los destinos del país.
En fin, el precio del dólar no está manipulado por El Toque, ni la carne de cerdo anda disparada porque el campesino vende caro. La culpa de la inflación es del gobierno. Ellos, los que dirigen, son los responsables de todo, desde los precios disparados hasta el hambre de los cubanos.