El tiempo de los miedos

Por René Fidel González ()

Santiago de Cuba.- No se atreven a asumir la responsabilidad que tienen, por miedo a perder el poder. No se atreven a pensar el país, por miedo a perder el poder. Y no se atreven a soñar el país, por miedo a perder el país.

No se atreven a cambiar las condiciones que generan la pobreza, el subdesarrollo y la infelicidad, por miedo a perder el poder. No se atreven al sentido común, al bien común, al poder común, por miedo a perder el poder. Tampoco se atreven a los derechos y las libertades, por miedo a perder el poder.

No se atreven a la democracia y a las elecciones sin exclusión, por miedo a perder el poder.

El miedo es la única certeza que tienen y lo prodigan, distribuyen e infunden para obtener lo único que es realmente importante para ellos, lo único que necesitan de nosotros: el tiempo, nuestro tiempo.

Usufructuaron hasta agotarlo el tiempo de la generación de nuestros abuelos y padres, el tiempo de sus sueños y alegrías, de sus esperanzas.

Castigaron y lanzaron después a otra generación a buscar la felicidad lejos de su tierra, a no ser ni de aquí, ni de allá, a tener que elegir, a tener algo roto dentro para siempre, a sentir el dolor del que tiene que olvidar lo que amó, lo que ya no tendrá nunca más.

Ahora necesitan el tiempo de otra generación, aunque para ello tengan que destrozar otra vez cada uno de sus anhelos. Pero no hay que confundirse.

A lo que le tienen miedo es realmente a que llegue a su fin el tiempo de los miedos, a que volvamos otra vez a disponer y decidir el tiempo, de nuestro tiempo, el tiempo de Cuba.