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El rey sin corona: el hombre que forjó el símbolo de la libertad y nadie vio

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En los años sesenta, cuando la contracultura rugía sobre el asfalto y el cine descubría el espíritu de la libertad, hubo un hombre que la hizo posible… aunque su nombre casi nadie lo recordó.

Se llamaba Benjamin F. Hardy, un constructor afroamericano nacido en 1921, en Los Ángeles. En su pequeño taller del sur de la ciudad, entre herramientas y chispas de metal, dio forma a dos de las motocicletas más famosas de la historia del cine: las “Captain America” y “Billy”, protagonistas de la legendaria película Easy Rider (1969).

La icónica moto del Capitán América, construida a partir de una Harley-Davidson Panhead de dos décadas, se convirtió en símbolo de rebeldía y libertad. Hardy la fabricó junto a otro creador afroamericano, Cliff Vaughs, con quien diseñó varias versiones para el rodaje. Una se destruyó durante la filmación; las demás fueron robadas.

Durante más de 25 años, ni Hardy ni Vaughs fueron reconocidos. El racismo de la época los mantuvo fuera de los créditos oficiales, a pesar de haber dado forma al emblema de toda una generación.

En su comunidad, Hardy era conocido como “Benny”, El Rey de las Motos. Su taller en la calle Florence fue escuela y refugio para muchos jóvenes motociclistas del centro-sur de Los Ángeles.

Décadas después, su legado fue finalmente honrado en la exposición “Black Chrome” del Museo Afroamericano de California. Allí, entre el brillo del metal y el eco del motor, Benjamin Hardy recuperó su lugar en la historia.

El hombre que dio forma al sueño de la carretera.

El rey que nadie quiso ver. (Tomado de Datos Históricos)

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